Tras el escrutinio del 99 % de los votos, Erdogan obtuvo el 52 % de las papeletas frente al 48 % de su rival, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, según los resultados preliminares difundidos por la agencia oficialista Anadolu y la agencia privada Anka, más cercana a la oposición.
“Para los próximos cinco años nos han entregado la responsabilidad de gestionar este país. Doy las gracias a todo miembro de la nación que nos haya dado este encargo”, dijo Erdogan durante un discurso público en Estambul, ciudad en la que nació en 1954, de la que fue alcalde (1994-1998) y donde siempre vota.
Sin embargo, su rival le sacó más de dos puntos de ventaja en la ciudad del Bósforo. El resultado electoral refleja una vez más la división de la sociedad turca en dos mitades casi iguales, a favor y en contra de Erdogan y su discurso nacionalista e islamista.
Su promesa de convertir a Turquía, heredera del Imperio otomano, de nuevo en una gran potencia islámica internacional, con industria de armamento propio, tuvo un gran eco en el electorado. Los argumentos de la oposición, que subrayan una nefasta gestión económica, con la inflación interanual superior al 40 %, un desplome de la moneda nacional y una carestía generalizada, han movilizado la otra mitad del electorado.
La oposición ha denunciado la enorme desigualdad de condiciones en la campaña electoral, con todos los medios públicos y casi todos los privados emitiendo sin cesar el discurso del presidente.
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