El descuento oscilará entre el 1,75 % y un máximo del 10,96 % del valor del automóvil, según datos de la Presidencia brasileña, y tendrá un “tiempo limitado”, cuyo plazo no fue especificado.
"Es una propuesta de estímulo transitoria y cíclica", dijo Alckmin en una comparecencia ante la prensa, en la que recalcó que las ventas de automóviles están cayendo en los últimos meses.
La reglamentación de los descuentos estará lista dentro de quince días, aunque Alckmin adelantó que se aplicarán descuentos más altos a los automóviles más baratos, los que contaminen menos y los que tengan un mayor número de piezas y componentes producidos en Brasil.
El vicepresidente y también ministro de Industria y Comercio Exterior además anunció la creación de una línea de crédito en dólares de 4.000 millones de reales (unos 800 millones de dólares) para beneficiar a empresas industriales exportadoras.
La mitad de esa financiación, que se concederá a través del banco de fomento estatal BNDES, estará destinada a costear inversiones en Brasil de las empresas exportadoras.
El anuncio se realizó tras una reunión encabezada por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, con los representantes del sector automotor y con los sindicatos del sector, para buscar estímulos que fomenten esa industria y tornen "más accesibles" los vehículos para la población.
Los automóviles más baratos en el mercado brasileño rondan actualmente los 70.000 reales (unos 14.000 dólares), con lo que tras aplicarles el descuento máximo, podrán llegar a costar cerca de 62.300 reales (12.465 dólares).
De forma paralela, el presidente del BNDES, Aloizio Mercadante, anunció este jueves que el banco abrirá una línea de crédito de 20.000 millones de reales (unos 4.000 millones de dólares) destinada a la financiación de proyectos de innovación en la industria durante los próximos cuatro años.
Lula tiene previsto visitar este mismo jueves la Federación de Industrias del estado de Sao Paulo (FIESP) para abordar estos anuncios y otros asuntos de fomento al sector.