El lunes, la asamblea de la OMS decidió no invitar a Taiwán a causa de la oposición de China, frente al apoyo mostrado por Belice, Nauru, Esuatini y las Islas Marshall, cuatro de los trece países que mantienen relaciones oficiales con el territorio autogobernado.
Ante este revés, la cancillería taiwanesa manifestó en un comunicado su "insatisfacción" y destacó que la isla "ha contribuido activamente a la salud y seguridad globales durante las últimas décadas, proporcionando experiencia médica y equipos de protección durante la pandemia de covid-19".
"Excluir a Taiwán por la presión política de China no solo es injusto, sino que también constituye un grave riesgo para la salud global", agrega la nota oficial.
China, que considera a la isla parte del país pese a su separación unilateral en 1949, defiende que Taiwán no puede participar en la asamblea al no ser un país independiente.
Sin embargo, entre 2007 y 2016, cuando Taiwán era gobernado por el histórico partido nacionalista chino Kuomintang y las relaciones entre Pekín y Taipéi atravesaban cierto acercamiento, la isla sí pudo actuar como observadora en las asambleas de la OMS.