“Quelques mois dans ma vie” (Unos días en mi vida) repasa en apenas cien páginas los últimos meses de la vida de Michel Houellebecq, en especial estos dos episodios que, según sus propias palabras, le han hecho “vivir un infierno”.
Por vez primera, el autor de “Las partículas esenciales” o “Sumisión” abandona la ficción para relatar episodios reales de su vida, que le llevaron a aparecer en una película pornográfica neerlandesa cuya difusión trata de impedir en los tribunales.
“Sentí algo parecido a lo que sienten las víctimas de una violación”, asegura el escritor, de 67 años, que reconoce “torpeza” al no haber visto una cláusula en el contrato firmado con un cineasta erótico neerlandés que le permitía utilizar en redes sociales las escenas rodadas junto a una actriz porno.
Apenas 17 días necesitó para escribir esta obra el autor que, normalmente, pasa años para acabar sus novelas.
En declaraciones al periódico francés Le Journal du Dimanche, Houellebecq asegura sentir “simpatía por el exhibicionismo”, lo que le llevó a rodar algunas escenas con una actriz en París que, posteriormente, fueron usadas por el cineasta Stefan Ruitenbeek.
El escritor dice ser “favorable a la prostitución, la auténtica, la honesta”, pero no “a desnudarse o follar delante de gente que se masturba tras una pantalla”, por lo que está tratando de detener la difusión de la película.
Michel Houellebecq y el islam
La otra polémica nació a raíz de una entrevista-diálogo con el filósofo Michel Onfray en la que se publicaron palabras suyas que el rector de la mezquita de París consideró hirientes, por lo que interpuso una denuncia.
“Cuando territorios enteros estén bajo control islámico, creo que habrá actos de resistencia. Habrá atentados y tiroteos en mezquitas”, asegura el autor, que considera que “el gran reemplazo” es “más que una teoría, es un hecho” y que augura que habrá “Bataclanes al revés”.
Pese a que reconoce que releyó la entrevista antes de su publicación, asegura no haberse dado cuenta del daño que sus declaraciones podían hacer a la comunidad musulmana y en “Quelques mois dans ma vie” matiza sus palabras y pide perdón.
“Los yihadistas son extremadamente minoritarios”, asegura el escritor que, pese a todo, señala que “en ocasiones son las minorías las que escriben la historia, hay que desconfiar”.
Houellebecq trató de impedir también la publicación de ese diálogo con Onfray, pero al no lograrlo, incluye su rectificación en este libro.