“Encontramos un campamento a 2,8 kilómetros de donde se accidentó la aeronave. Mantenemos toda la alerta, pero con los mecanismos de inteligencia monitoreamos qué puede estar pasando”, aseguró a EFE el comandante de las operaciones especiales de las Fuerzas Militares de Colombia, el general Pedro Sánchez.
El avión Cessna 206, de la empresa Avianline Charter’s se accidentó el pasado 1 de mayo cuando llevaba a un grupo de personas de la comunidad indígena de Araracuara, una remota localidad ubicada en la frontera entre los departamentos de Caquetá y Amazonas, a San José del Guaviare.
Este lunes, las autoridades colombianas ubicaron la aeronave con los cuerpos de los tres adultos que viajaban en un rincón remoto de la selva del Caquetá, e intensificaron la búsqueda de cuatro hermanos que podrían estar vivos y caminando por la selva desde hace 20 días.
A pesar del hallazgo del campamento y de que después de 20 días aún no se sabe dónde están Lesly Mukutuy, de 11 años; Soleiny Mukutuy, de 9 años; Tien Noriel Ronoque Mukutuy, de 4 años, y el bebé de 11 meses Cristin Neruman Ranoque, las fuerzas militares no creen que estén en poder de las disidencias de las FARC.
“La probabilidad de que lleguen a estar ahí en la zona es prácticamente nula, más aún porque estamos en una operación humanitaria, salvando vidas”, dijo el general Sánchez.
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