El organismo desglosó esta cifra en la presentación de su plan de respuesta para Sudán, elaborado en colaboración con la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU, y cifró en 640.000 el número de ciudadanos sudanesas y de refugiados que acogía este país -en particular de Sudán del Sur- que escaparán a alguno de los países vecinos en busca de seguridad.
Otros 203.000 refugiados de vivían Sudán al estallar la violencia armada se verán forzados a volver a sus países de origen, más de 150.000 migrantes tendrán que salir a otro país, al igual que otras personas de terceras nacionalidades.
Para todo ello, ACNUR necesitará una financiación de 470 millones de dólares, la mayor cuantía jamás solicitada por la organización para Sudán, donde los combates ya han provocado la salida forzosa de al menos 280.000 personas.
De acuerdo al responsable de operaciones en ACNUR, Raouf Mazou, en estos momentos la peor situación la están viviendo las personas que han huido a Chad, país limítrofe con la región de Darfur, una de las más afectadas por el conflicto que empezó a mediados de abril y a donde han llegado 60.000 sudaneses en un mes.
A finales de la semana pasada, el Ejército sudanés y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) alcanzaron un acuerdo para facilitar el acceso de la ayuda humanitaria al país, pero por el momento la mejoría de la situación en el terreno es todavía muy leve, según las organizaciones internacionales.
"Esperamos que la situación mejore mucho más. Actualmente, contamos con una red humanitaria local, pero necesitamos más ayuda", admitió Mazou.
Por su parte, la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU calcula que necesitará 2.560 millones de dólares para su plan de respuesta humanitaria, con el que pretende alcanzar a 18 millones de los sudaneses que se espera permanezcan dentro de las fronteras del país.