"Hoy estoy muy triste porque en el país donde se apareció Nuestra Señora fue promulgada una ley para matar. Un paso más en la gran lista de países con eutanasia", dijo ayer, sabado el papa, en unas manifestaciones que han logrado un gran eco en la prensa lusa.
En respuesta, el Partido Socialista (PS), que gobierna con mayoría absoluta, y el Bloque de Izquierda (BE) han asegurado que respetan "todas las opiniones" pero han destacado el apoyo de los votantes en esta decisión.
"Respetamos las opiniones de todos sobre el tema de la eutanasia. Me parece, sin embargo, que este es un tema más que resuelto en la sociedad portuguesa", dijo a la prensa el secretario general adjunto del PS, João Torres, quien añadió que es resultado de "una gran reflexión".
La coordinadora nacional del BE, Catarina Martins, aseguró que su partido respeta "todas las fes", pero matizó que Portugal es un Estado laico en el que las personas "tienen el derecho de dirigir sus vidas", según recogieron hoy medios locales.
El primer ministro portugués, el socialista António Costa, que este sábado se reunió con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, para la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud del próximo agosto en Lisboa, no se ha querido pronunciar sobre las palabras del papa.
EL PSD CONSIDERA QUE FUE "APRESURADO"
Por otra parte, la principal fuerza de la oposición, el conservador Partido Social Demócrata (PSD), que votó en contra de la norma en el Parlamento y que ha amenazado con recurrir al Tribunal Constitucional, ha criticado que la aprobación fue "apresurada".
"Más allá de las palabras del papa, lo que me parece es que los portugueses no están suficientemente informados", comentó el presidente del PSD, Luís Montenegro.
La iniciativa también ha sido criticada por varias entidades católicas, como la Asociación de los Médicos Católicos Portugueses (AMCP), que ha afirmado que la norma va en contra de su código deontológico.
El Parlamento portugués aprobó el viernes la despenalización de la eutanasia pese al último veto político del presidente luso, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, y el rechazo de la derecha.
En casi seis años, ha tenido que superar dos vetos políticos del jefe de Estado y dos por cuestiones legales en el Tribunal Constitucional.
El PS logró sacar adelante la norma con 129 votos y contó con el apoyo del BE, los animalistas, Livre e Iniciativa Liberal, el único partido del centroderecha que se sumó a la iniciativa.
En contra, 81 votos del Partido Comunista -el único de la izquierda-, el PSD y el ultraderechista Chega, que también ha anunciado su intención de recurrir al Constitucional.
El presidente tiene ahora una semana para promulgar la ley, que entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario de la República.
Según un reciente sondeo encargado por medios locales, el 61% de los portugueses está a favor de despenalizar la eutanasia.