Así lo determinó este viernes en un tribunal federal de Nueva York la jueza encargada del caso, Pamela Chen, que sentenció a Burzaco por los delitos cometidos, pero que no le impuso ni pena de cárcel ni sanciones económicas.
El que fuera máximo responsable de Torneos y Competencias -una importante empresa de transmisión por televisión de fútbol suramericano- ya había aceptado previamente pagar una multa de 21,6 millones de dólares por su papel en la trama de la FIFA.
Burzaco fue uno de los primeros acusados en 2015 en el gran caso abierto por Estados Unidos contra la corrupción en el máximo órgano del fútbol mundial y se entregó a la Policía en Italia, para luego ser extraditado a Nueva York, donde pasó un tiempo en arresto domiciliario y controlado por un brazalete electrónico.
El empresario optó finalmente por declararse culpable y cooperar con los fiscales del llamado "FIFAgate", testificando en los procesos contra otros imputados y ayudando en los años siguientes a conseguir varias condenas al contar, por ejemplo, cómo pagó sobornos a los responsables de federaciones para lograr derechos de emisión de partidos y torneos.
Eso le ayudó finalmente a evitar la cárcel e incluso la libertad vigilada, según la decisión de la jueza hecha pública por el tribunal, que precisa que también le será devuelto su pasaporte.