Las dos ciudades, cuyos nombres se conocerán en el Octavo Foro de ministros de Asuntos Exteriores de la UPM que se celebrará en Barcelona en noviembre próximo, serán un ejemplo "para celebrar una identidad común y al mismo tiempo para mostrar que, si hay alguna diferencia, es bienvenida por lo que supone de estímulo para el espíritu de cooperación entre los dos orillas" del Mediterráneo, manifestó Kamel.
La iniciativa pretende que los 43 Estados miembros de la UpM seleccionen anualmente dos ciudades -una de cada orilla- con el afán de promover y celebrar la diversidad cultural y el patrimonio común euromediterráneo, así como fomentar el entendimiento mutuo y el diálogo intercultural.
Asimismo, se pretende brindar a las ciudades designadas "la oportunidad de poner en relieve su identidad euromediterránea al tiempo que promueven su propio patrimonio histórico y cultural, potencian la acción local y la de la sociedad civil y fomentan un sentimiento de identidad en toda la región, al tiempo que impulsan el turismo sostenible a través de la promoción de la cultura", según informó hoy la UpM en un comunicado.
Este es, "sin duda, un buen ejercicio de construcción de ese sentido de pertenencia a un espacio donde tantos intereses y tantos retos son comunes entre las dos riberas del Mediterráneo", dijo Kamel, quien recordó que todo este compromiso de acercamiento tiene su origen en el denominado proceso de Barcelona, con el que en 1995 se puso en marcha la UpM.
"Creo que esta iniciativa mostrará que tenemos mucho en común en nuestras aspiraciones, incluso en términos de comportamiento social en muchos de nuestros países" y permitirá dar ideas para afrontar "algunos de los desafíos que se nos presentan en Europa y el sur del Mediterráneo", señaló el secretario general de la UpM.
Kamel resaltó que esta iniciativa subrayará la "la importancia del diálogo entre dos ciudades y entre dos poblaciones y entre dos élites, culturales e intelectuales", para hablar de la brecha que indudablemente existe entre ambas orillas del Mediterráneo, pero también para analizar "los posibles caminos para superar esas diferencias existentes en términos de desarrollo, de industrialización, de educación, de sanidad o demográficos".
El máximo responsable de la UpM se refirió también al problema migratorio, que actualmente es uno de los principales retos que afronta la región euromediterránea, y señaló que "no hay consenso ni siquiera dentro de la Unión Europea (UE) sobre cómo abordarlo", porque "hay diferencias muy sensibles entre los países comunitarios sobre la cuestión".
"Siempre he dicho que si puedo aportar algún valor agregado, sería el de trabajar en las causas fundamentales del problema de la migración y no en la gestión", resaltó Kamel.
En este sentido, Kamel advirtió sobre el impacto que el conflicto de Sudán puede tener en el terreno de la emigración ilegal y agravar aún más el problema.
"Podemos pagar un alto precio por esta crisis si no trabajamos juntos para encontrar soluciones, porque el conflicto en Sudán podría generar una crisis migratoria en el área del Mediterráneo", destacó.