Tras realizar una visita el lunes a Chad, Shukri acudió a la capital sursudanesa de Yuba para encontrarse con el presidente del país africano, Salva Kiir, con quien evaluó "la situación en Sudán y el importante papel de los vecinos de Sudán para resolver la crisis", de acuerdo con un comunicado de Exteriores.
"Los países vecinos de Sudán se ven directamente afectados por la continuación del conflicto en Sudán, lo que les obliga a coordinarse y consultarse continuamente para trabajar en favor del fin del conflicto en Sudán lo antes posible y mitigar los efectos de esta crisis en sus países", indicó la nota sobre las conclusiones del encuentro.
En este sentido, ambos enfatizaron la necesidad de que el Ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) alcancen un alto el fuego permanente y se comprometieron a seguir mediando con las partes enfrentadas, a pesar a que todos los esfuerzos de diálogo han fracasado hasta el momento.
Actualmente, representantes del Ejército y las FAR se encuentran en Arabia Saudí para dialogar sobre una tregua, a pesar de que no han trascendido detalles del estado de unas negociaciones en las que ninguno de los bandos está dispuesto a ceder, según han informado sus respectivos gabinetes de prensa.
Como consecuencia del conflicto, que se inició el pasado 15 de abril, más de 600 personas han muerto y más de 5.000 han resultado heridas, mientras que los choques han provocado el desplazamiento interno de 700.000 sudaneses y la huida del país de más de 120.000, de acuerdo con la ONU.
Egipto por sí solo ha recibido a más de 60.000 refugiados, recordó el Ministerio de Exteriores, mientras que el presidente de Sudán del Sur agregó que existen "otros factores" que alimentan la inseguridad en los países vecinos.
Sudán linda con siete países africanos que temen que las consecuencias de las hostilidades, como la crisis de desplazados o la inseguridad en sus fronteras, afecten directamente a sus naciones.