En un informe publicado hoy, WWF sostiene que el actual sistema alimentario de la UE es una amenaza, pues depende en gran medida de la importación de "costosos" insumos agrícolas para mantener una agricultura intensiva, lo que "fomenta un consumo poco saludable".
"El sistema alimentario de la UE está alimentando la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, al tiempo que dificulta enormemente el acceso de muchos ciudadanos a alimentos sanos y sostenibles", remarcó la responsable de Política Agrícola y Alimentación sostenible de WWF, Giulia Riedo, en un comunicado.
En Europa, la proporción de tierras de cultivo utilizadas para alimentar al ganado es mayor que la media mundial, ya que se consumen más productos animales "per cápita" y existe un fuerte mercado de exportación de productos animales.
La organización señala que si se promueve la producción de cultivos de origen vegetal y se reduce el consumo de carne bajarían las importaciones de pienso y el uso de fertilizantes en un 23,4 % y, al reducir los costes, los alimentos sanos serían más accesibles.
Además, el informe sostiene que la UE es especialmente "vulnerable" a las distorsiones del mercado de fertilizantes, pues representan el 18 % de los costes de los insumos para los cultivos herbáceos.
En los países del club comunitario hay 179,9 millones de hectáreas de tierras agrícolas, de las cuales el 74 % están fertilizadas.
WWF asegura que reducir el consumo animal en la alimentación, en particular la procedente de sistemas de ganadería industrial intensiva –que dependen en gran medida de piensos y fertilizantes importados–, reduciría la cantidad total de tierra necesaria, y tendría efectos beneficiosos en el medio ambiente, el bienestar animal y la salud humana.
"Las importaciones de piensos y fertilizantes alteran los ciclos de nutrientes, suponen un uso ineficiente de las calorías y causan importantes impactos medioambientales", señala WWF.
El marco legislativo de la UE para los sistemas alimentarios sostenibles, apunta la organización, debe establecer una visión para 2050 y garantizar la coherencia entre las políticas relacionadas con la alimentación.
El informe considera que esta política comunitaria tiene que incluir objetivos vinculantes intermedios y finales que se apliquen a todo el sistema alimentario, desde la producción hasta el consumo, e incluir un mecanismo de evaluación que supervise todos los avances.
Según WWF, la estrategia de la Comisión Europea "De la granja a la mesa" da a Europa "la oportunidad de ser un exportador neto de calorías, nutrientes y proteínas, al tiempo que mejora la seguridad alimentaria a largo plazo y la resiliencia".