Eduardo Chillida en Austria: poeta del hierro, filósofo del papel

Luis Lidón Viena, 28 abr (EFE).- El gran escultor vasco Eduardo Chillida es conocido por sus obras monumentales, pero sus íntimos trabajos en papel, conocidos como “Gravitaciones”, concentran su filosofía y su capacidad de asombro.

Una mujer observa varias de las obras expuestas en la muestra. EFE
Una mujer observa varias de las obras expuestas en la muestra. EFE

El museo Kunsthalle de Krems, una localidad del Danubio situada a unos 80 kilómetros de Viena, abre mañana al público la primera exposición monográfica sobre Chillida (1924-2002) en Austria, dentro de los actos del centenario de uno de los escultores más importantes del siglo XX.

La muestra reúne 80 obras, entre ellas murales y esculturas más compactas en materiales como terracota y hierro, así como su menos conocida obra en papel, las "Gravitaciones", que dan nombre a una exposición -"Eduardo Chilliada. Gravitation"- que se puede visitar hasta el 24 de septiembre.

POÉTICA DE CONTRASTES

Aunque el artista es sobre todo admirado por sus elegantes y monumentales abstracciones en acero, hierro forjado o piedra, las obras expuestas en Krems, de menor tamaño, tienen también una mágica capacidad de asombro.

En la muestra se recorre la formación y la curiosidad de un artista que interrogó distintos materiales hasta dar con la forma adecuada con la que expresar algo nuevo y a la vez esencial.

"Mi padre cada material tenía que comprenderlo, tenía que ver cuáles eran sus leyes y trabajarlo tal como al material le gustaría ser trabajado", explica a Efe Luis Chillida, hijo del artista, sobre la paciente labor para encontrar la expresión adecuada.

La combinación de opuestos es una constante en la muestra: un diálogo entre luces y sombras, entre fuerza y delicadeza, un mural macizo que parece suspendido en el aire, piezas modernas que, al mismo tiempo, parecen ancestrales.

El lirismo y la paradoja de la combinación de conceptos contrarios es permanente. Otro de los aspectos es la elevación artística de materiales muy humildes y vinculados a la tierra, como un apero de labranza metálico en la escultura Oyarak I.

"Esta muestra está más centrada en diferentes formas de trabajar y las relaciones entre su vida y su trabajo. Y hay una gran parte en papel, algo central en su vida", añade Luis Chillida, presidente de la Fundación Eduardo Chillida - Pilar Belzunce.

"GRAVITACIONES"

En la exposición destacan las "Gravitaciones" que empezó a crear a mediados de los 80. Son composiciones con distintos planos de papel artesanal unido con cuerdas. Esos trabajos no figurativos en blanco y negro son su obra más íntima y desconocida.

"Lo que hizo fue sustituir pegamento por espacio. En lugar de pegar los papeles como en un collage, lo que decidió fue coserlos, suspenderlos con unas cuerdas en el aire, y cambiar el pegamento, un material que no le gustaba, por espacio, que es parte de su obra. Y eso las hace, de alguna forma, levitar", señala Mikel Chillida, nieto del artista.

"Parece que la sala donde están expuestas estas grandes 'Gravitaciones', que raramente se han expuesto, y menos en conjunto como aquí, va a volar. Es algo muy especial de esta exposición", agrega.

Además de esas "esculturas" de papel, también destacan los dibujos que el artista hizo de sus manos y los bocetos de sus obras -como su Peine del Viento-, en los que se comprende que todos sus trabajos comenzaban con un trazo.

CONEXIÓN FUTBOLÍSTICA

La muestra en Austria, la primera internacional por el centenario del artista, se debe en gran parte al entusiasmo por Chillida de Florian Steininger, director artístico del Kunsthalle Krems.

Steininger tiene una historia de infancia relacionada con Chillida y un álbum de cromos de fútbol.

"Siempre he deseado exponer el arte de Eduardo Chillida. Conocí su obra a través de una pegatina en mi álbum de fútbol del Mundial de 1982. El motivo de la pegatina era el dibujo de un puño que el artista vasco hizo durante el Mundial de España de 1982", resume Steininger, que siguió al artista desde entonces.

Esa conexión futbolística llevó a que el museo también recordase que el artista fue portero a principios de los años 40 del primer equipo de la Real Sociedad -le apodaban "Gato" por sus reflejos-, pero dejó el deporte por una lesión.

Krems, situada en el valle de Wachau, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, es una localidad que tiene también elementos de parentesco con San Sebastián, la ciudad de Chillida.

"Son lugares rodeados de naturaleza, muy pictóricos, muy multiculturales y cercanos a la frontera", destaca Mikel Chillida los puntos en común entre ambas ciudades.

El 10 de enero de 2024 se cumplen cien años del nacimiento del escultor, uno de los artistas españoles más universales del siglo XX, un aniversario para el que la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce ha preparado un programa de exposiciones para divulgar su obra y acercarla a las nuevas generaciones.

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