Esta nueva regla, aprobada por la Junta Educativa, estipula que las escuelas públicas “no proporcionarán intencionadamente instrucción sobre orientación sexual o identidad de género” desde preescolar hasta el último año de la educación secundaria.
La única forma de enseñar sobre esos temas es que las clases sean “requeridas por las normas académicas estatales” , lo que no es el caso, o que “formen parte de un curso sobre salud reproductiva” del que los padres puedan retirar a sus hijos.
Los profesores que incumplan la norma podrían ver suspendidas o revocadas sus licencias de educadores, según el texto aprobado este miércoles.
El voto ha suscitado la indignación de activistas pro-LGTBQ como la organización Equality Florida.
Lea más: Mike Pompeo descarta presentarse a las elecciones presidenciales de 2024
“Debería darle vergüenza a la administración DeSantis poner una diana en la espalda de los floridanos LGBTQ” , escribió el grupo en Twitter tras el anuncio.
“El ansia de censura gubernamental es insaciable”, escribió en otro tuit.
Ley “No digas gay”
Esta nueva medida endurece el alcance de la ley del año pasado, apodada “No digas gay” por sus detractores, que se aplicaba a los alumnos desde preescolar hasta cursos donde tienen ocho o nueve años.
DeSantis convirtió ese texto en una de las leyes emblemáticas de su batalla cultural contra políticos, profesores y empresas a los que acusa de querer imponer su ideología progresista a los demás.
El gobernador ha cortejado a los votantes más conservadores con sus polémicas propuestas sobre educación e inmigración en los últimos meses.
Esa estrategia lo ha convertido en la estrella ascendente de la derecha estadounidense y en uno de los republicanos favoritos para las presidenciales de 2024, aunque él aún no ha anunciado su candidatura.