“En las últimas 72 horas se ha observado una nueva mejoría constante de la función respiratoria y renal, con una contención eficaz de la leucocitosis y del síndrome inflamatorio”, se lee en el parte médico sobre Silvio Berlusconi emitido este jueves por el hospital San Raffaele sobre el estado de salud del ex jefe de Gobierno.
Los médicos Alberto Zangrillo y Fabio Ciceri explican que "el cuadro clínico general indica la continuación de los cuidados intensivos".
Berlusconi, de 86 años, fue ingresado el pasado miércoles, y se informó de que padece "desde hace tiempo una leucemia mielomonocítica crónica" que está siendo tratada con una quimioterapia ligera debido a que ha empeorado en los últimos meses y que se le hospitalizó "para tratar una infección pulmonar".
Después del parte médico de hoy también se supo que su situación, además de haber afectado el sistema respiratorio, también causó problemas al renal.
El exmandatario recibe cada día las visitas de alguno de sus cinco hijos y de su hermano Paolo que se han mostrado optimistas sobre la recuperación de "Il Cavaliere".
Mientras que su pareja, Marta Fascina, que, a sus 33 años, es 53 años más joven que Berlusconi, permanece siempre con él en el hospital y también ha recibido la visita de su padre, Orazio Fascina.
En los últimos días se ha especulado con que la hospitalización de Berlusconi será larga, ya que una vez que haya salido de la unidad de cuidados intensivos, es posible que siga en el centro durante un período adicional para tratar la leucemia antes de regresar a su mansión en Arcore, en las afueras de Milán.
Desde el hospital, Berlusconi llamó en los primeros días a los dirigentes de su partido y también a sus aliados en el Gobierno: la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y al vicepresidente y ministro de Infraestructuras, Matteo Salvini, que están al frente de las formaciones ultraderechistas Hermanos de Italia y la Liga, respectivamente.
Berlusconi, que ha sufrido numerosas hospitalizaciones y operaciones a lo lago de su vida y en particular en los últimos años, ya había sido ingresado en el San Raffaele a finales de marzo para lo que se describió como “controles médicos”.