Las declaraciones de Harris se producen en un momento en el que Estados Unidos está a la espera de la entrada en vigor este viernes de un fallo judicial que busca prohibir la comercialización de un medicamento llamado mifepristona y usado en más de la mitad de todos los abortos en el país.
“Las mujeres de Estados Unidos están en un estado de constante terror sobre lo que todo esto puede significar para ellas y para las personas que quieren”, manifestó Harris, quien encabezó una reunión con altos cargos del Gobierno, incluido el fiscal general Merrick Garland, para evaluar la situación.
Harris ha abanderado la lucha por el acceso al aborto desde que hace casi un año la mayoría conservadora del Tribunal Supremo de EE.UU. acabara con la protección constitucional a ese derecho, permitiendo que cada estado fijara sus propias leyes para prohibir o restringir el aborto.
La vicepresidenta ha viajado en el último año por diferentes estados de EE.UU. para conocer de primera mano la experiencia de las personas gestantes tras la decisión del Supremo. La mayoría de los abortos están actualmente prohibidos en 12 de los 50 estados de EE.UU. y, en algunos casos, solo se hacen excepciones cuando la vida de la madre está en riesgo.
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