La portavoz de la Cancillería china Mao Ning declaró que su país “se opone firmemente a cualquier forma de contacto oficial entre las autoridades de EE. UU. y Taiwán”.
Asimismo, Mao advirtió de que China "tomará medidas firmes para proteger su soberanía e integridad territorial".
La mandataria isleña realizó una escala en Nueva York el 30 de marzo y hará otra en Los Ángeles el 5 de abril como parte de su viaje a Belice y Guatemala, dos de los trece países que todavía mantienen lazos diplomáticos con Taipéi.
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McCarthy declaró hace unas semanas que se reuniría con Tsai si la presidenta visitase Estados Unidos.
La portavoz instó a los legisladores estadounidenses a que "acaten el principio de 'una sola China'" y a que "se abstengan de enviar señales erróneas a las fuerzas independentistas de Taiwán".
La semana pasada, la Cancillería china aseguró que una reunión entre Tsai y McCarthy sería una “provocación grave” a la que Pekín respondería.
En agosto de 2022 la visita a Taiwán de la entonces presidenta del Legislativo de EE.UU., Nancy Pelosi, enfureció a Pekín, que la calificó de “farsa” y “traición deplorable”.
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En respuesta al viaje de la funcionaria, China impuso sanciones a Pelosi, suspendió el diálogo con EE.UU. en varios importantes ámbitos y desplegó en el Estrecho de Taiwán maniobras militares de una intensidad inédita en décadas.
China reclama la soberanía sobre Taiwán, a la que considera una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.