Las cifras, que muestran un nuevo incremento de la demanda de gasolina (nafta) en el período que terminó el 24 de marzo, señalan que las existencias de crudo cayeron 7,5 millones de barriles (mb), cuando los analistas preveían un alza de 1,75 mb, según el consenso reunido por la agencia Bloomberg.
Las reservas comerciales siguen de todos modos muy por encima de los stocks de hace un año en esta época (+15%).
El anuncio hizo subir inicialmente las cotizaciones del crudo, pero el impulso duró pocos minutos. Hacia las 15:00 GMT el precio del barril de West Texas Intermediate (WTI) para entrega en mayo ganaba 0,50% a 73,57 dólares.
Esta caída inesperada se explica en parte por un aumento de la actividad en las refinerías de Estados Unidos, cuya tasa de utlización trepó a 90,3% frente a 88,6% la semana anterior, lo cual supone un mayor consumo de crudo.
En el período considerado cayeron las importaciones (-14%) y las exportaciones (-7%) de crudo.
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La EIA mostró que la demanda de hidrocarburos en el país subió 2,2% en la semana, para colocarse 3% por encima de sus valores del año pasado en igual período.
Fue la gasolina que propulsó este crecimiento: la demanda está en un máximo en tres meses, lo cual llevó a una caída de 2,9 mb de las reservas de este carburante en el país.
Para Matt Smith, de Kpler, son los precios bajos del carburante -18% por debajo de los que se registraban en la misma semana en 2022- que impulsan el consumo.