De acuerdo con los últimos datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África (África CDC) de la Unión Africana (UA), los nuevos contagios de esa enfermedad registrados en el país bajaron durante las últimas semanas una media del 27 %, mientras las nuevas muertes se redujeron un 34 %.
Aunque las inundaciones y los deslizamientos de tierra "aumentan el riesgo de propagación de esta enfermedad", que se transmite a través de agua y comida contaminadas, "la intervención efectiva del Gobierno con la ayuda de socios como el África CDC" dio estos resultados, subrayó hoy en una rueda de prensa virtual el director interino de la institución, Ahmed Ogwell.
En este sentido, 1.424 nuevos casos de cólera se registraron en Malaui la pasada semana, por debajo de los 1.956 detectados la anterior, según datos difundidos hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, Charles Mwansambo, secretario de Salud del Ministerio de Sanidad malauí, puntualizó en otra rueda de prensa también este jueves que "es demasiado pronto para comentar sobre las proyecciones de cólera" en el país.
"El ciclón pasó hace sólo una semana. Los estamos monitorizando, pero haremos todo lo posible para evitar una subida en los casos", destacó Mwansambo.
Según los últimos datos del Gobierno malauí, publicados este martes, el brote ha registrado, hasta la fecha, más de 55.000 casos, incluyendo 1.686 muertes.
Organizaciones humanitarias como Save The Children alertaron sobre el riesgo del agravamiento de la crisis sanitaria después del impacto del ciclón, que tocó tierra en la Región Meridional del país el 12 de marzo y dejó al menos 507 muertos y más de medio millón de desplazados, antes de abandonar su territorio el pasado viernes.
Freddy también golpeó repetidamente durante las últimas semanas Madagascar y Mozambique, donde dejó 17 y 161 muertos, respectivamente.
En los tres países, más de 1,4 millones de personas se han visto afectadas y más de 300 centros médicos han sido destruidos o inundados por el impacto del ciclón, que sí produjo una subida de los casos de cólera en Mozambique, donde se registraron 2.374 nuevos contagios la semana pasada, más del doble de los 1.023 detectados la anterior, según la OMS.
Los brotes de cólera se han multiplicado por la aparición cada vez más frecuente de fenómenos climáticos extremos, como inundaciones y sequías, así como las guerras y desplazamientos forzados de poblaciones, que limitan el acceso al agua apta para el consumo.
Según informó este miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuatro nuevos países en el mundo registraron epidemias de esta enfermedad desde mediados de febrero, lo que eleva el total de brotes activos a nivel global a 24, a fecha de 20 de marzo.
En este contexto, la escasez mundial de vacunas orales contra el cólera ya obligó el pasado octubre al grupo de organizaciones que gestiona las reservas internacionales (la OMS, Médicos Sin Fronteras, Federación Internacional de la Cruz Roja y Unicef) a reducir las dosis administradas de dos a una.
El cólera es una enfermedad diarreica aguda provocada por la ingestión de alimentos o agua contaminados con el bacilo "vibrio cholerae".
Según la OMS, sigue siendo "una amenaza mundial para la salud pública y un indicador de inequidad y falta de desarrollo".