El punto álgido volvió a ser París, donde en diversos puntos de la ciudad se produjeron manifestaciones no convocadas de forma oficial, que se desarrollaron en un primer momento de forma pacífica, pero que acabaron con enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Aunque el número de altercados fue inferior al de las últimas jornadas, volvieron a verse pequeños incendios en París y en otras ciudades, como Lyon.
Un hábito que se repite desde que el pasado jueves el Ejecutivo decidió aprobar la reforma de las pensiones sin el voto de la Asamblea, lo que le acarreó dos mociones de censura, que fracasaron, una de ellas por solo nueve votos.
Los sindicatos, que no están detrás de estas concentraciones, tienen convocada una gran jornada de movilización para este jueves en 300 ciudades, en la que prefieren mostrar su fortaleza frente a la firmeza del presidente, Emmanuel Macron, que ha mostrado su intención de mantener la reforma de las pensiones.
El presidente indicó que espera que la reforma, pendiente ahora del dictamen del Consejo Constitucional, entre en vigor antes de que acabe el año.
Los sindicatos cuentan con mantener la movilización social en contra de un texto que retrasa dos años la edad mínima de jubilación, hasta los 64 años.