La moción fue firmada por 91 diputados de varios partidos, anunció el presidente del grupo parlamentario centrista y regionalista LIOT, Bertrand Pancher, pero no recibió el respaldo escrito de ningún diputado del partido conservador LR, cuyos apoyos serán necesarios en el momento en que se vote para que tenga éxito.
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Los antecedentes dan cuenta de que el presidente francés, Emmanuel Macron, decidió adoptar su impopular reforma de las pensiones sin el voto de los diputados, arriesgándose a la caída del gobierno de su primera ministra en una moción de censura y a un recrudecimiento de las protestas en las calles.
Macron quiere retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42 como hasta ahora) para cobrar una pensión completa. Dos de cada tres franceses se oponen, según los sondeos.
“No podemos hacer apuestas sobre el futuro de nuestras pensiones”, dijo la primer ministra Élisabeth Borne quien, ante el temor de no lograr los votos legislativos necesarios para la reforma, activó el artículo 49.3 de la Constitución en una caótica sesión de la Asamblea Nacional.
Los diputados de la oposición de izquierda acogieron con carteles de “64 años es no” , cantando la Marsellesa, el himno nacional, y con gritos a Borne, obligándola a forzar la voz para anunciar la decisión.