Carreteras cortadas, refinerías paralizadas, escuelas secundarias bloqueadas, toneladas de basura acumuladas en París... La batalla contra la impopular reforma de las pensiones continuó este viernes en Francia con una multiplicación de acciones tras su polémica adopción.
“Estamos indignados”, dijo Soumaya Gentet, sindicalista del supermercado Monoprix y una de las 200 personas que bloquearon durante media hora en la mañana la circunvalación que rodea París. “Aguantaremos hasta la retirada” de la reforma, subrayó.
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La víspera, el presidente liberal Emmanuel Macron decidió adoptar su reforma —cuya medida más simbólica es retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años—, sin someterla al voto de los diputados, al temer una derrota en el Parlamento, en virtud de un mecanismo legal pero controvertido: el artículo 49.3 de la Constitución.
Entre gritos de la oposición y cánticos del himno nacional, La Marsellesa, la primera ministra Élisabeth Borne lo formalizó poco después en la Asamblea Nacional (cámara baja), desatando protestas en varias ciudades que dejaron más de 300 detenidos.