Las acciones del banco de Zúrich, uno de los 20 mayores de Europa y uno de los 50 principales del mundo, se sitúan en torno a los 1,9 francos suizos (1,95 euros), después de haberse situado en un mínimo histórico de 1,5 francos durante la sesión (1,54 euros), cuando jamás habían estado por debajo de los 2 francos por papeleta.
El desplome, que se produce tras varias jornadas muy negativas para el banco, arrastrado por la crisis bursátil causada por el colapso del estadounidense SVB, coincide con declaraciones del presidente del banco estatal saudí, Ammar al Khudairy, anunciando que no habrá mayores inyecciones de capital por parte de la entidad.
"No podemos porque superaríamos el 10 % (del accionariado), es una cuestión regulatoria", indicó en declaraciones a la agencia Bloomberg.
El banco saudí adquirió el pasado año ese 10 % de acciones en la ampliación de capital lanzada por Credit Suisse, una inversión en el que la entidad de Oriente Medio invirtió 1.500 millones de francos suizos (1.530 millones de euros).
En 2022 el banco zuriqués arrojó pérdidas por valor de 7.293 millones de francos suizos (unos 7.400 millones de euros) en 2022, 4,5 veces más que en 2021.
Afectado por su exposición a firmas de riesgo con problemas financieros tales como Archegos o Greensill, Credit Suisse sufrió además el pasado año la retirada de liquidez por valor de 123.200 millones de francos suizos (126.000 millones de euros).