Como cada 1 de marzo, pero con la expectación añadida por su reencuentro con la vicepresidenta tras 9 meses sin aparecer juntos, el mandatario peronista encabezó la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso para informar del estado de la Nación y adelantar los proyectos para el año parlamentario, en el que habrá elecciones presidenciales.
"Cuando el 10 de diciembre culmine este mandato que el pueblo me ha dado, podrán tener la certeza de que habrán tenido un presidente que le puso el pecho a cada problema que enfrentó. Que con aciertos y errores habrá puesto todo su esfuerzo en encontrar salidas en el laberinto en el que la historia nos encerró", sentenció Fernández en un discurso poco autocrítico y con momentos de tensión con miembros de la principal coalición opositora.
El mayor punto de fricción -hasta varios diputados opositores se marcharon- se generó por las acusaciones lanzadas, entre gritos de algunos parlamentarios y aplausos del oficialismo, contra la Justicia, que, aseguró, "hace tiempo que no cuenta con la confianza pública" y no es independiente.
“Inhabilitación” de Cristina
Con la presencia entre el público de multitud de autoridades, entre ellas dos jueces de la Corte Suprema -contra la que el Gobierno impulsó un pedido de juicio político por presunto mal desempeño de sus funciones-, el presidente criticó decisiones del Supremo que favorecen a la oposición y aludió a la condena por corrupción que un tribunal dictó en diciembre contra Cristina Fernández.
"Lo hicieron tras simular un juicio en el que no se cuidaron las formas mínimas del debido proceso y se formularon imputaciones que rayan con el absurdo jurídico buscando solamente su inhabilitación política", aseveró Fernández, con una seria Cristina Fernández sentada a su izquierda.
Tras ser condenada a 6 años de prisión y a la prohibición de ejercer cargos públicos, por delitos en su etapa como presidenta (2007-2015), la vicepresidenta anunció en diciembre que declinaba presentarse a las elecciones de 2023 al asegurar que la Justicia la ha proscrito: afirmación que genera polémica entre oficialismo y oposición porque la inhabilitación no sería efectiva hasta que la condena no sea firme, para lo que pueden pasar años.
En su largo discurso, y aunque valoró la "honestidad de muchos magistrados y funcionarios judiciales", el presidente denunció que se conformó una estructura que "opera de manera coordinada en la que se involucran miembros del Poder Judicial, medios de comunicación y políticos de la oposición" y que en "ocasiones" fue "apuntalado" por servicios de inteligencia.
"Prometí, al asumir la Presidencia, que pondría fin a los sótanos de la democracia. Lo hice. El personal de inteligencia del Estado ya no se vincula con los jueces", aseveró, y, además, volvió a pedir que se "profundice la investigación" del atentado que sufrió la vicepresidenta el 1 de septiembre.
“Desinformación”
Respecto a la prensa, el mandatario aseveró que su Gobierno ha soportado "una sistemática acción de desinformación" e hizo referencia a la "concentración" en el sistema de medios de comunicación, muchos de los cuales expresan "intereses económicos y políticos opositores al Gobierno".
El seno del peronismo -entre quienes apoyan al presidente y los que se identifican con el kirchnerismo liderado por la vicepresidenta- arrastra una lucha interna y son varios los políticos afines a Cristina que se han distanciado de la gestión del mandatario.
A las afueras del Congreso, donde otros años era habitual que se congregaran militantes en apoyo al Gobierno, hubo pocas personas reunidas.
El reencuentro de los Fernández se dio a solo unos meses de las presidenciales de octubre, para las que ni el mandatario, cuya popularidad ha caído en el último año, ni la también titular del Senado, cuyos seguidores ansían vuelva a la Presidencia, hayan anunciado aún ninguna candidatura.
En 2019, la alianza entre Cristina y Alberto -a quien ella eligió como candidato- les permitió vencer en las urnas a Mauricio Macri, cuyo Gobierno (2015-2019) fue hoy objeto de grandes reproches por parte del mandatario.
Fernández aseveró que Argentina es uno de los países "que más creció" en los dos últimos años y repasó largamente los datos que avalan su gestión en política nacional e internacional, pero reconoció la "alta inflación", cuya bajada no es "tarea sencilla".
“Entiendo el malestar y la queja de los más débiles. Pero también veo lo que está bien, y cómo se oculta, y cómo se intenta generar desánimo y malestar”, sentenció.