Cerca de 400 colonos judíos armados con cuchillos, palos, piedras e incluso con armas de fuego, asaltaron el domingo las localidades palestinas de Huwara, Burin, Zatara, Odala y Asira al Qabaliyya, dejando un muerto palestino, más de 300 heridos, y elevados daños materiales con al menos 75 casas y más de un centenar de coches quemados.
Se trata de “un pogromo perpetrado por bandidos”, indicó en la nota Yehuda Fuchs, militar israelí al mando de las tropas en Cisjordania ocupada.
“No nos preparamos para esa cantidad de gente y la forma en que llegaron, para el alcance y la intensidad de la violencia que demostraron y la organización que llevaron a cabo. Se trata de un incidente grave que no tenía que haber ocurrido y que yo tenía que haber evitado”, añadió.
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Para Fuchs, se trató de “un incidente vergonzoso” de colonos judíos “que no actuaron con los valores del Estado de Israel ni con los del judaísmo”.
Los ataques de los colonos judíos fueron perpetrados en represalia por el asesinato horas antes de dos de sus miembros a manos de un palestino en una carretera cercana a Huwara, por lo que las fuerzas israelíes permanecieron concentradas en ese área, a pesar de que sabían que en redes sociales corrían los llamamientos masivos a la violencia en las localidades palestinas, dijo anteriormente un funcionario del Ejército.
"No creo que el castigo colectivo ayude a la guerra contra el terror, todo lo contrario", apuntó Fuchs.
De los cientos de colonos que atacaron a las poblaciones palestinas, fueron detenidos 14, de los cuales cinco fueron puestos en libertad, tres se encuentran en arresto domiciliario y otros seis -entre ellos dos menores- están siendo interrogados, dijo a Efe una fuente de la Policía.
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Por otro lado, los colonos judíos también han estado agrediendo a los soldados israelíes desplegados en la zona, según denunció el Ejército, que decidió reforzar sus tropas con dos batallones.
Al expresar su conmoción, la comunidad internacional ha llamado a las partes a rendir cuentas por estos sucesos en Cisjordania, que ocurren en medio de un grave repunte de la violencia.
Las agresiones de colonos y los ataques de palestinos, además de las intensas redadas, a menudo violentas, que el Ejército israelí lleva a cabo con regularidad desde hace un año en Cisjordania, han atizado la escalada.
Lo que va de 2023 es el comienzo del año más violento desde hace 23 años en Cisjordania ocupada, con 63 palestinos muertos, y 14 personas de lado israelí.