Durante el Consejo de Seguridad Nacional celebrado un día antes, Said defendió medidas urgentes contra las "hordas de inmigrantes ilegales" llegados de países vecinos, cuya presencia es fuente de "violencia, crímenes y actos inaceptables", según un comunicado de prensa de la Presidencia.
En este sentido el mandatario señaló que la inmigración forma parte de una "empresa criminal nacida en los albores de este siglo para cambiar la composición demográfica de Túnez y hay partidos que recibieron grandes sumas de dinero desde 2011 para asentar en Túnez a migrantes" y desdibujar su carácter "árabe-musulmán".
"Tal discurso representa una incitación al odio, un recuerdo de la era de los campos de exterminio nazis durante la Segunda Guerra Mundial y la hostilidad hacia los valores de humanidad y tolerancia de los que el Estado tunecino viene presumiendo en los foros internacionales", defendieron en un comunicado una treintena de organizaciones por los derechos humanos.
Los firmantes, entre los que se encuentra la Liga Tunecina por los Derechos Humanos (LTDH), recordó que el antiguo nombre de Túnez, Ifriqiya, dio nombre a todo el continente y no se pueden borrar sus raíces históricas "ya sean árabe, amazigh, cartaginesa o africana".
El Foro Tunecino para los Derechos Económicos y Sociales (FTDES), una ONG que sigue de cerca el fenómeno migratorio, cerca de 21.000 personas originarias del África subsahariana viven en el país magrebí, de una población de cerca de 12 millones.
Si bien Túnez ha sido un país de tránsito en el trayecto para alcanzar la costa europea- con la isla italiana de Lampedusa a menos de 150 kilómetros de distancia-, en los últimos años se ha convertido en el destino para cada vez más personas.
En el informe anual realizado por la FTDES, más de 32.000 inmigrantes- 18.000 de ellos ciudadanos tunecinos- llegaron el pasado año al estado europeo a través de embarcaciones precarias.
Como reacción a las declaraciones del mandatario, el ensayista y excandidato a las presidenciales en Francia de la extrema derecha, Eric Zemmour, aplaudió su posición asegurando que "los propios países del Magreb empiezan a dar la voz de alarma sobre la oleada migratoria. Aquí es Túnez el que quiere tomar medidas urgente proteger a su pueblo. ¿Qué estamos esperando para luchar contra el gran reemplazo?".
La teoría del "gran remplazo" fue planteada hace más de una década por el escritor francés Renaud Camus, quien asegura que las élites políticas y económicas de Europa son autoras de una confabulación para reemplazar la actual población blanca del viejo continente por inmigrantes de Oriente Medio y el norte de África, puesto que serían más dóciles y podrían dominarlos mejor.