"Cuando hay desacuerdos entre nosotros, podemos y debemos hablar, para llegar a acuerdos o al menos reducir los desacuerdos entre nosotros", indicó Netanyahu en un comunicado, en tácita referencia a la polémica reforma judicial que impulsa y ha polarizado el país.
Pero para ello, la oposición debe demostrar "liderazgo y responsabilidad nacional (...) Desafortunadamente, hasta este momento, nadie se ha puesto de pie", añadió, al convocar a un diálogo "sin condiciones previas".
El líder de la oposición y ex primer ministro, Yahir Lapid, reaccionó en Twitter asegurando que Netanyahu "está mintiendo".
"Hemos estado tratando de mantener conversaciones con ellos (el Gobierno) durante muchas semanas", recalcó.
Este mismo martes, el presidente israelí, Isaac Herzog, volvió a llamar al diálogo con la oposición, que ha pedido suspender las sesiones legislativas sobre la reforma como condición para llegar a un consenso, algo que la coalición gubernamental ha rechazado.
Estas declaraciones llegan poco después de que la Knéset (Parlamento) aprobara, en la primera de tres instancias, un proyecto que busca otorgar al Gobierno una mayoría en el comité de selección de jueces y otro que pretende restringir la capacidad del Tribunal Supremo para revisar y cambiar leyes.
Ambos proyectos se enmarcan en la polémica reforma judicial impulsada por el nuevo Ejecutivo de Netanyahu junto a socios ultraortodoxos y ultraderechistas y cuyos detractores dicen socavaría la independencia de la Justicia, erosionaría la separación de poderes y debilitaría las bases formales de la democracia israelí.
Incluso inversores locales y extranjeros, directores de bancos, economistas y empresarios, han advertido que la reforma judicial podría acarrear la retirada masiva de capital del país y una rebaja de la calificación crediticia de Israel.
Las deliberaciones parlamentarias se llevaron a cabo entre multitudinarias manifestaciones de protesta afuera del recinto y en varias ciudades de Israel.
Líderes de Estados unidos y la diáspora judía en ese país han mostrado también su preocupación por la iniciativa.
Este mismo martes, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, llamó a Israel a suspender la aprobación de la polémica reforma judicial, algo que fue duramente rechazado por la oficina de Netanyahu en un comunicado.