Así lo pone de manifiesto un informe especial publicado este miércoles por el TCE, institución encargada de comprobar que los fondos de la Unión Europea se perciben y utilizan correctamente, tras concluir que la AMCC, a la que desde 2007 la UE ha destinado unos 729 millones de euros, no ha resultado efectiva para paliar los impactos climáticos que sufren en mayor medida los países en desarrollo.
"Los auditores encontraron pocas pruebas de que la iniciativa hubiera mejorado la resiliencia de los países frente al cambio climático", resume el TCE en un comunicado, en el que sí tiene en cuenta que las acciones llevadas a cabo en el marco de la Alianza fueron "por lo general" eficientes pero a veces "a un alto precio".
La Alianza está compuesta por la CE, los estados miembro de la UE, organizaciones regionales de África, del Caribe y del Pacífico, diversas ONG, autoridades locales, organismos de la ONU como la FAO o el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (UNEP) e instituciones financieras multilaterales como el Banco Mundial, entre otros.
El informe del TCE critica entre otros aspectos que la AMCC "no midió las mejoras en la situación de los beneficiarios" y que además el acceso a la ayuda quedó fuera del alcance de aquellos con menos ingresos, pues "los costes de la utilización de nuevas tecnologías dificultaron que los hogares más desfavorecidos se beneficiaran del programa".
Para Hannu Takkula, miembro del Tribunal que dirigió la auditoría, la alianza "no tuvo el impacto esperado, y el desarrollo de capacidades no se tradujo sistemáticamente en acciones más concretas dirigidas directamente a la población", resume en declaraciones facilitadas a los medios.
"La Comisión Europea debería concentrarse en los más afectados por el cambio climático y aplicar lo aprendido a futuras iniciativas", sentencia Takkula.
Por ejemplo, el TCE valora que estos proyectos deberían establecer "objetivos ambiciosos, que tengan en cuenta el contexto nacional, para la proporción de mujeres que se benefician directamente de las acciones y centrarse más en los hogares más pobres".
PROBLEMAS EN LA FINANCIACIÓN
El tribunal con sede en Luxemburgo resalta por otro lado que la AMCC no consiguió atraer la financiación adicional prevista de los Estados miembros y del sector privado y, "a pesar de esta importante brecha financiera, la Comisión no revisó sus ambiciosos objetivos iniciales durante los quince años que duró la iniciativa".
Además, en la segunda fase "los criterios de asignación de fondos de la Comisión supusieron la disminución proporcional del apoyo proporcionado a los países más vulnerables", detalla el informe, que zanja que "la elevada variabilidad de los costes indica que la eficiencia de algunas acciones podría mejorarse".
Destaca, por ejemplo, los "elevados costes" en el Pacífico, donde la CE podría haber ahorrado recursos "si hubiera analizado mejor los costes", aduce.
La iniciativa de la AMCC no tenía una línea presupuestaria propia en el sistema contable de la CE, sino que se financió a través del Instrumento de Cooperación para el Desarrollo y del Fondo Europeo de Desarrollo, recuerda el escrito.
"Recibió una financiación total de 728,8 millones de euros, incluidas las contribuciones de los Estados miembros: 308,8 millones de euros para la primera fase (2007-2013) y 420 millones de euros para la segunda, la AMCC+ (2014-2020)".
A partir del 2020, la CE decidió no continuar con la iniciativa en una nueva fase (2021-2027), y optó por financiar acciones para abordar el cambio climático en los países en desarrollo mediante el apoyo temático y geográfico del Instrumento de Vecindad, Desarrollo y Cooperación Internacional.