Para los psicólogos, una colusión inconsciente.¡Es un flechazo! En instantes las flechas de Cupido no alcanzan el corazón sino el cerebro. En él se activan 4 zonas: dos en el córtex cerebral, la parte más desarrollada; y otras dos en zonas más primitivas, propicias para el sentimiento de dependencia.
Un choque amoroso libera moléculas químicas euforizantes similares a las que se producen con la toma de cocaína. Se llaman dopamina, oxitocina, adrenalina o incluso vasopresina.
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