Ambas instituciones pactaron "un plan conjunto para aumentar la sensación de seguridad personal de los residentes de la urbe".
Esto "incluye reforzar las unidades de seguridad y policía", así como "concentrar los esfuerzos operativos y de inteligencia y mejorar la protección de los civiles, particularmente en las paradas de autobús de la ciudad", dijeron los dos organismos en un comunicado conjunto.
También se decidió comenzar a reforzar "de inmediato" unas 300 paradas de bus "que se definen de alta prioridad y que actualmente están desprotegidas".
Estas medidas se entienden como un paso más para evitar ataques como el del viernes, en que un palestino embistió con su automóvil a varias personas en una parada de bus cercana a una colonia israelí de Jerusalén Este ocupado. En total, tres israelíes murieron en el atropello, entre ellos dos hermanos menores de seis y ocho años.
A su vez, las autoridades también planean reforzar más adelante otras 700 paradas de transporte público de la ciudad, para lo que "se asignará un presupuesto adicional".
Todo ello se produce en un contexto de alta tensión en la urbe, donde ayer murió también un policía israelí tras ser apuñalado por un menor palestino y luego alcanzado por disparos de un compañero en un puesto de control militar en la parte oriental de la ciudad.
El ataque tuvo lugar durante una inspección de rutina en un autobús por parte de fuerzas de seguridad israelíes en la zona del campo de refugiados de Shuafat, según informó un portavoz policial.
Fuerzas israelíes también mataron a un adolescente palestino en una redada militar en un campo del norte de Cisjordania ocupada, mientras la escalada de violencia actual ha dejado ya 48 palestinos muertos y 11 del lado israelí en lo que va de 2023.
El repunte de tensión actual no resulta aislado, sino que sigue a casi un año de violencia marcada por incesantes redadas israelíes en Cisjordania disparadas por una ola de ataques mortales cometidos por palestinos y árabes israelíes desde marzo de 2022.
En 1967, Israel tomó control de Cisjordania y Jerusalén Este, territorios que desde entonces ha mantenido bajo ocupación.