Dublín creó esa vía migratoria en 2012 como incentivo para estimular el crecimiento tras la crisis económica y ha canalizado a través de ella más de 1.250 millones de euros en inversiones desde entonces, detalló en un comunicado el ministro irlandés de Justicia, Simon Harris.
Entre enero y septiembre del pasado año, cuando ya existía la percepción de que el Ejecutivo evaluaba clausurar el programa, 785 de los 812 solicitantes de ese "visado dorado" eran de nacionalidad china, tres veces más que en 2021.
“Desde su creación, este programa ha traído inversiones significativas a Irlanda y se ha gestionado a través de mi departamento a partir de los más elevados estándares profesionales”, afirmó Harris.
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"Sin embargo, es importante que mantengamos todos nuestros programas bajo constante análisis, incluidas todas las implicaciones políticas más amplias, entre ellas si continúan siendo apropiados, y su sostenibilidad en cuanto a su vertiente cultural, social y económica", agregó.
Esta vía permitía hasta ahora a individuos con grandes fortunas de fuera del Espacio Económico Europeo (EEE) obtener residencia irlandesa, y por lo tanto comunitaria, a cambio de invertir un millón de euros en un proyecto empresarial en Irlanda en un periodo de tres años.
También permitía optar por depositar un millón de euros en un fondo de inversión irlandés durante ese mismo plazo, o bien ejecutar una adquisición inmobiliaria de al menos dos millones de euros.
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El Gobierno irlandés mantiene todavía cerca de 1.500 solicitudes abiertas que continuará evaluando, si bien no aceptará desde el jueves a nuevos solicitantes.