Autoridades españolas, como la presidenta del CSIC, Eloísa del Pino, o el embajador de España en Egipto, Álvaro Iranzo, así como el Secretario General del Consejo Supremo de Antigüedades egipcio, Mostafa Waziri, participaron en la apertura al público de las tumbas, parte del Proyecto Djehuty, dirigido por el egiptólogo e investigador del CSIC en el Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Medio, José Manuel Galán.
"La novedad de las tumbas que se abren hoy al público es que están decoradas en relieve, son especialmente originales, ya que destacan la escritura frente a otras tumbas en las que prima la recreación de escenas en las paredes", dijo Galán a EFE.
Ambas tumbas pertenecen a dos altos funcionarios de la XVIII dinastía, que coincide con un periodo histórico novedoso, el llamado Nuevo Reino, en el que se produjo la reunificación de Egipto bajo el reinado de Ahmose (1530 a.C.), así como el inicio de la hegemonía del imperio egipcio sobre Nubia al sur y hasta Siria-Palestina al norte.
"Djehuty era el supervisor del Tesoro de la reina Hatshepsut, una de las pocas mujeres que gobernaron como faraón en el antiguo Egipto. Su reinado duró 22 años, alrededor del año 1470 a.C.", detalló el egiptólogo sobre la tumba que da nombre al proyecto y que ahora puede verse iluminada con energía verde producida por paneles solares instalados sobre ella.
A medida que se ampliaba la excavación de la zona, descubrieron la tumba de Hery, quien "vivió 50 años antes y fue supervisor del doble granero de la esposa real y madre del rey Ahhotep", explicó Galán, quien remarcó que "ambos trabajaron en sus correspondientes carreras administrativas bajo el mandato de dos mujeres".
En el caso de Djehuty, "desde la fachada hasta la cámara funeraria, su tumba se concibió como un monumento a la escritura en la que se remarcó su condición de maestro de letras como escriba", detalló Galán, sorprendido de la buena calidad de ambos sepulcros en comparación con otros encontrados también en Lúxor, a pesar de que también fueron saqueados.
Durante la excavación, que se desarrolló cada año entre enero y febrero por siete semanas, el equipo formado por una treintena de españoles y más de cien egipcios descubrió otros elementos como pizarrines, arcos, flechas y un jardín funerario, ahora protegido bajo una estructura metálica cubierta con planchas aislantes y recreado justo encima para su exhibición.
Con todo ello, Galán se mostró orgulloso de la evolución del proyecto que se alarga más de dos décadas y combina su dimensión profesional y personal, pero cuya financiación deja mucho que desear porque "siempre falta implicación de instituciones públicas y empresas privadas", hasta el punto de requerir campañas de micromecenazgo y apoyo de amigos y familiares.