Ese fue uno de los temas paralelos a los proyectados para la reunión -prevista para el 24 y 25 de marzo en la capital de la República Dominicana -, que Mayta, de visita en España, planteó hoy en una conversación en Madrid con el secretario general iberoamericano, el chileno Andrés Allamand.
"Los discursos de odio que han estado circulando en la región son una amenaza para nuestras democracias", dijo el canciller boliviano, quien puso como ejemplo lo sucedido a principios de año en Brasil, cuando seguidores del expresidente Jair Bolsonaro tomaron las instalaciones del Congreso Nacional, la Presidencia y el Supremo Tribunal Federal, "algo que nosotros también habíamos vivido en Bolivia".
Según Mayta, esos discursos de odio provienen "de corrientes de extrema derecha" y tienden a la "invalidación de quienes se consideran enemigos políticos. Lastimosamente no tienen una base razonable, pero pegan bien como explicación de algunos fenómenos".
"Si un país está mal es culpa del accionar de determinados grupos de la sociedad, y en esos discursos de odio no se expresa la posibilidad de concertación, si no de eliminación", indicó.
Y de ahí, según el canciller boliviano, se explican situaciones "tan graves" como la que vivió la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner: "alguien que no estaba de acuerdo con lo que expresaba políticamente o lo que representaba tomó la opción de realizar el atentado que afortunadamente fue fallido".
UN FENÓMENO MUNDIAL
Mayta subrayó la preocupación por este fenómeno que se está dando en Latinoamérica, también en Bolivia, donde a finales del año pasado hubo "eventos complicados en medio de ese tipo de discursos y posicionamientos".
Pero reconoció, que se trata de algo que no es exclusivo de América Latina, "más bien nosotros tenemos una importación de ese fenómeno".
"Lo vemos en Europa y en América del Norte. En medio de esos discursos encendidos absolutamente invalidadores de quien se cree el opositor e incluso el enemigo se tomó el Capitolio, no lo olvidemos", dijo.
Y porque se está dando en todo el mundo, "por eso mismo no podemos pasarlo por alto. En la búsqueda de la preservación de nuestras democracias tenemos que minimamente reflexionarlo".
Otro tema que Mayta propuso abordar en la cumbre iberoamericana es el rol de los medios de comunicación, un asunto que "aunque sea complejo hay que abordarlo".
El canciller boliviano aludió a los medios que, en algunos casos, "rebasan la comunicación y se vuelven una especie de actores políticos que difunden ideas que pueden aproximarse a la propagada política".
"Ahí juega el equilibrio entre lo que es aceptable como libertad de expresión y la labor de comunicación. Es complejo, pero son temas que hacen a la democracia. Si bien hay que tener mucho cuidado de abordarlos, nosotros consideramos que existe la necesidad", aseguró.
APUESTA POR LA INTEGRACIÓN REGIONAL
En relación a la asistencia de todos los líderes iberoamericanos a la cumbre de Santo Domingo, Mayta reconoció que es un tema "complejo", y lo justificó en las agendas de los presidentes y la dinámica interna de cada país.
"Pero en esta ocasión, por la percepción que tenemos es que sí va a ser una buena convocatoria. Ha habido varios escenarios en los que sí han estado sentados juntos más allá de tener posiciones diferentes y a ratos algún discurso contrapuesto", explicó.
Y puso como ejemplo la última cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada el pasado 23 de enero en Buenos Aires, en la que se trató de articular las preocupaciones comunes más allá de las diferencias entre lo que expresan los presidentes de determinados países.
Bolivia es partidaria de la integración regional, y más allá de los organismos existentes, "participamos del sistema más antiguo en América en ese sentido, que es la comunidad andina".
"Somos miembros en proceso de adhesión del Mercosur (Mercado Común del Sur) y vemos la potencialidad que tiene esa articulación regional, que no ha sido suficientemente explotada, pero que a nosotros nos ha servido mucho".