"La expedición de esta resolución tiene un impacto muy importante para el desarrollo de un campo más productivo, equitativo y amigable con el medioambiente", explicó la gerente general del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), María del Pilar Ruiz Molina, citada en un comunicado.
Las autoridades dispondrán de un año para "discutir las alternativas de reemplazo y el agotamiento de los inventarios existentes de los productos" que contengan este ingrediente y que se comercializan en el país.
Las poblaciones de abejas han disminuido drásticamente en las últimas décadas en todo el mundo y el uso de plaguicidas ha sido identificado como uno de los motivos de esta disminución.
Científicos de diferentes países buscan frenar la muerte anual de miles de millones de abejas porque su desaparición afecta la seguridad alimenticia del planeta, ya que la tercera parte de la comida para los humanos requiere de la polinización de estos insectos.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las abejas polinizan 71 de las 100 especies de cultivos que proporcionan el 90 % de los alimentos del mundo.
Entre los departamentos más afectados por el uso del fipronil están Quindío, Huila, Cundinamarca, Meta y Cesar, donde se registraron los mayores índices de mortandad de abejas, según un estudio de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia).
La ministra de Agricultura, Cecilia López, recordó la importancia de las abejas para la "agricultura dinámica" y para hacer del país un productor de alimentos para el mundo.
"Este es el compromiso para que el sector apícola esté en el lugar que se merece en toda la cadena productiva", agregó López al tiempo que insistió en la necesidad de apostar por una "agricultura sostenible".
En esta misma línea, el pasado diciembre la Corte Constitucional de Colombia ordenó suspender "de manera inmediata" la comercialización de químicos agropecuarios con el componente activo clorpirifós (CPF) por los riesgos que puede tener en la salud y la vida.
El plaguicida se utiliza en Colombia tanto en cultivos como en la alimentación de animales. "No obstante, por sus niveles de toxicidad, este producto fue prohibido en la Unión Europea y en Estados Unidos", añadió la Corte.