"No, eso ya no es negociable", respondió tajante Borne en una entrevista publicada este domingo por la emisora France Info, porque "es necesario para asegurar el equilibrio del sistema".
En la antesala de una nueva jornada de protestas convocada por los sindicatos para este martes -la segunda tras la huelga y las multitudinarias manifestaciones del pasado 19 de enero-, la primera ministra se mostró inflexible sobre los ejes principales de la iniciativa, que empezará a ser examinada en la Asamblea Nacional a partir del 6 de febrero.
Borne también recalcó, frente al descontento y las críticas que suscita la reforma, que el Gobierno ha oído "muchas inexactitudes" e informaciones falsas.
En concreto, rechazó que los cambios vayan a perjudicar especialmente a las francesas (más afectadas por las interrupciones de carrera) y reivindicó que "dos tercios" de los jubilados que se van a beneficiar de una revalorización por la subida de las pensiones mínimas son precisamente mujeres.
También recordó que el tope de los 67 años para disfrutar de la pensión completa -independientemente de los años cotizados- es un parámetro que el Gobierno no contempla cambiar.
La reforma impulsada por el Gobierno de Emmanuel Macron contempla como ejes principales el aumento de 62 a 64 años para 2030 de la edad mínima de jubilación y el adelanto a 2027 de la subida de 42 a 43 años de cotización para poder disfrutar de una pensión completa (hasta ahora previsto para 2035).
También propone acabar con los regímenes especiales de jubilación, más ventajosos que el del sistema general y utilizados en muchas ocasiones por empresas del sector público, como la eléctrica estatal EDF.
La opinión pública francesa está mayoritariamente contra la reforma y esa opinión se ha ido reforzando en los últimos días. El instituto demoscópico Elabe publicó esta semana una nueva encuesta, según la cual se opone a ella un 72 % de los preguntados, seis puntos más que hace una semana.
Para el martes, el ministro de Transportes francés, Clément Beaune, ya ha anticipado que en su sector será un día "muy difícil", con fuertes perturbaciones.
Pero pese a la sombra de otra movilización multitudinaria, Borne no fue la única que endureció este fin de semana el tono desde el lado gubernamental.
También el ministro de Interior, Gérald Darmanin, acusó a la izquierda -en concreto a La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon- de "mentir" a los franceses porque a ellos "no les gusta el trabajo" y de buscar el desorden.