Josep Borrell, en un comunicado publicado por la Comisión Europea con motivo del Día Internacional de la Educación, recordó que en Afganistán los talibanes han negado por completo a niñas y mujeres ejercer su derecho fundamental a la educación, y que en Ucrania, con motivo de la invasión rusa, al menos 3.045 instalaciones educativas han sufrido bombardeos desde el pasado 24 de febrero de 2022.
En ese contexto, el jefe de la diplomacia europea condenó los ataques contra la educación y aseguró que la formación es “esencial” para la democracia y para construir “sociedades más justas y sostenibles”.
"La Unión Europea condena enérgicamente todos los ataques contra la educación y espera que se garantice el derecho a la educación de todos los niños y jóvenes", sentenció el político español.
"En muchas partes del mundo, la discriminación y la violencia basadas en el género y otras barreras sistemáticas aún mantienen y obligan a las niñas, las minorías y los niños desplazados y refugiados a dejar la escuela", explicó.
Borrell aseguró que la pandemia de covid-19 ha incrementado la necesidad de garantizar financiación para la educación pues dos de cada tres niños de 10 años no pueden leer ni comprender una historia simple y estima que 840 millones de adolescentes abandonarán el colegio sin ninguna cualificación para conseguir trabajo en el futuro.
Por ello, el dirigente socialista aseguró que la UE ha aumentado "significativamente" sus inversiones externas en educación y que está dispuesta a "cooperar estrechamente" con los países socios mientras estos cumplan sus compromisos.
"Dentro y más allá de nuestras fronteras, la Unión Europea sigue firmemente comprometida con acelerar el progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 sobre educación de calidad. La educación de calidad es la inversión más inteligente y poderosa en nuestro futuro compartido", afirmó.
Durante el período 2021-2027, la Comisión Europea dedicará a la educación el 10 % de su presupuesto destinado a las relaciones con África, América Latina y el Caribe y Asia y el Pacífico, para apoyar a los docentes, a la educación inclusiva y a desarrollar “sistemas educativos equitativos”.
Además, destinará un 10 % de su presupuesto de ayuda humanitaria a la educación para apoyar una educación “segura, inclusiva y de calidad” para millones de niños afectados por crisis y conflictos humanitarios.