"Les prometo que vamos a resolver este problema; estas personas van a ser tratadas decentemente", afirmó Lula en Boa Vista, capital del estado amazónico de Roraima, fronterizo con Venezuela, adonde viajó para conocer in situ la grave situación de los yanomamis.
El jefe de Estado visitó una Casa de Salud Indígena Yanomami, en el interior Boa Vista, donde dijo haber visto "niños bien delgados, bien desnutridos".
El Gobierno declaró la noche del viernes el estado de "emergencia sanitaria" de "importancia nacional" en la reserva indígena Yanomami, que es la más grande de Brasil con casi 10 millones de hectáreas, ante la "desasistencia" médica de los últimos años.
El dirigente progresista denunció también el tratamiento "inhumano" que están recibiendo los miembros de esta etnia, que viene sufriendo casos de desnutrición infantil y malaria, entre otras enfermedades que están derivando en muertes consideradas evitables.
De ello responsabilizó a Bolsonaro, al que derrotó en las elecciones de octubre y quien durante los cuatro años de su gestión (2019-2022) defendió la minería y la explotación de madera en territorios indígenas.
"Si en vez hacer tanto paseo en moto, hubiera tenido la vergüenza de venir aquí, quizá este pueblo no estaría tan abandonado como está", criticó el líder del Partido de los Trabajadores (PT), que asumió el poder el pasado 1 de enero.
Lula reforzó además su compromiso de acabar con la minería informal que está destruyendo la selva y contaminando los ríos de la reserva Yanomami, vitales para la supervivencia de este pueblo originario, aunque no especificó qué medidas tomará para tal fin.
"Nos vamos a tomar muy en serio eso de acabar con la minería ilegal y aunque se tenga autorización para pesquisas, se puede hacer pesquisa sin destruir el bosque y el agua", indicó.
Según organizaciones ecologistas, se estima que "más de 20.000 mineros" informales, principalmente buscadores de oro, actúan en esa vasta reserva, situada entre los estados de Roraima y Amazonas.
Asimismo, Lula señaló que es necesario atender a los indígenas en sus comunidades y no trasladarles siempre a Boa Vista, donde "no saben cuándo van a volver" a sus aldeas por la falta de transporte.
"Tenemos que ir a las aldeas para cuidarlos. Vamos a civilizar el tratamiento a los pueblos indígenas (...) Es más fácil trasladar 10 médicos allí que no 200 indígenas aquí", a la ciudad, aseveró.