En un comunicado compartido en sus redes sociales, González aseguró que ha sido “injustamente sancionada administrativamente” y que en un “largo e injusto proceso de casi dos años”, no ha tenido “las mínimas garantías procesales que hubiese tenido en cualquier proceso de la justicia ordinaria.
"Por solo poner un ejemplo, el dossier ha estado dirigido por una asistente parlamentaria de la ultraderecha europea, y los testimonios clave de personas que continúan trabajando conmigo no han sido escuchados ni tenidos en cuenta", afirmó.
La sanción contra la disputada hispanoargentina, anunciada esta mañana ante el hemiciclo, consistirá en la pérdida de 30 días de dietas diarias (por un valor de 10.140 euros en total) y la suspensión temporal de su actividad parlamentaria durante 30 días por "acoso psicológico" a tres asistentes, que ya no trabajan para ella.
González anunció que recurrirá internamente la sanción y valorará recurrir ante el Tribunal General de la UE "para que juzgue la legalidad del proceso".
"Tal como ocurrió en otras falsas denuncias, este organismo devolvió la honorabilidad arrebatada por una falsa denuncia, tan fácil de manchar y tan difícil de limpiar", dijo, al tiempo que aseguró que seguirá "trabajando como lo hice hasta ahora, tanto a nivel local y regional como europeo, aportando trabajo y compromiso".
Fuentes socialistas han confirmado a EFE que ninguno de los tres asistentes que presentaron la denuncia siguen trabajando a día de hoy para González y que incluso en el momento en el que se elevó la queja a las autoridades internas del Parlamento, en mayo de 2021, dos de ellos habían dejado su puesto.
Mónica Silvana González (Buenos Aires, 1976) ejerce como eurodiputada en la comisión de Desarrollo, en la delegación para las Relaciones con Mercosur y en la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana.