Cappelli, encargado del área de seguridad de la capital brasileña por orden del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva tras los graves ataques del domingo pasado, dio a conocer el número de agentes heridos tras visitar el Batallón de Choque de la Policía Militar.
“Escuché relatos impresionantes de bravura de nuestros hombres y mujeres. Es difícil de creer, pero podría haber sido peor”, afirmó Cappelli, quien es secretario ejecutivo del Ministerio de Justicia, en sus redes sociales.
El pasado 8 de enero, una horda de miles de bolsonaristas radicales invadió y destrozó las sedes del Parlamento, la Presidencia y la Corte Suprema durante cuatro horas, en su intento por derrocar a Lula y devolver al poder Bolsonaro, líder de la extrema derecha brasileña.
Las investigaciones apuntan a que la intentona golpista contó con la posible “anuencia” de autoridades locales y grupos de policías, algunos de los cuales no actuaron ante el violento ataque e incluso alguno se tiró fotografías con los insurrectos.
En este sentido, Asuntos Internos de la Policía Militar de Brasilia ha abierto “cuatro investigaciones para esclarecer la conducta inadecuada de agentes de la ley durante el pasado día 8″, comunicó Cappelli.
La intervención decretada por Lula en el área de seguridad de Brasilia se extenderá al menos hasta el 31 de enero.
El propio jefe de Estado acusó el jueves a policías y militares de “abrir la puerta” del Palacio de Planalto, sede del Gobierno, a los exaltados.
“Hubo mucha gente connivente. Hubo muchos miembros de la Policía conniventes, muchos miembros de la Fuerzas Armadas aquí dentro conniventes”, aseguró el dirigente progresista en un desayuno con periodistas.
En paralelo, la Corte Suprema ha abierto investigaciones contra el gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, suspendido del cargo por 90 días; y el exsecretario de Seguridad Anderson Torres, quien fue ministro de Justicia de Bolsonaro y sobre el que pesa una orden de prisión por su presunta “omisión” frente el asalto.