Las protestas desatadas por la muerte en septiembre de la joven Mahsa Amini tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico han tensado las ya muy tensas relaciones entre Irán y los países occidentales con el cruce de acusaciones, sanciones e incluso amenazas.
El último capítulo de las difíciles relaciones entre la nación persa y Occidente lo protagoniza la revista satírica francesa Charlie Hebdo, que en diciembre convocó un concurso de caricaturas del líder supremo de Irán, Ali Jameneí, para “apoyar” a “los iraníes que luchan por su libertad” en las protestas.
Irán respondió con las habituales condenas y cerró el Instituto Francés de Investigación en Irán, en reacción al "silencio" de París acerca del concurso de caricaturas.
Pero ahora Teherán ha dado un paso más.
“Recuerden a Salman Rushdie”
El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, el general Hosein Salamí, ha advertido a Charlie Hebdo que recuerde lo que le ocurrió al escritor Salman Rushdie, quien fue atacado más de 30 años después de la publicación de una novela en la que “insultó al islam”.
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“Aconsejo a los franceses y directores de la revista Charlie Hebdo que miren lo que le pasó a Salman Rushdie”, dijo Salamí durante una ceremonia, según recoge este miércoles la agencia semioficial Mehr.
El escritor británico de origen indio sufrió un ataque a puñaladas en el que perdió la vista en un ojo en Nueva York en agosto de 2021 por haber “atacado el islam” en su novela Los versos satánicos, publicada en 1989.
El ayatolá iraní Ruholá Jomeiní emitió una fatua pidiendo el asesinato de Rushdie en 1989 y de cualquier persona implicada en la publicación del libro, lo que obligó al escritor a pasar años en la clandestinidad.
El Gobierno de iraní rechazó toda responsabilidad del ataque a Rushdie en agosto y culpó al escritor de la agresión "por insultar a los musulmanes" con su novela.
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"Tras muchos años, un joven musulmán se vengó valientemente de Salman Rushdie y nadie pudo salvarlo", afirmó Salamí en referencia al hombre que atacó al escritor con un cuchillo durante una conferencia en Nueva York.
“No jueguen con los musulmanes”, advirtió el militar.
Protestas
Este aviso del comandante en jefe de la poderosa e influyente fuerza militar iraní se produce en medio de las renovadas tensiones entre Irán y Occidente por las protestas.
Teherán ha acusado en numerosas ocasiones a Washington, Berlín, Londres y París de estar detrás de las protestas que piden al grito de “mujer, vida y libertad” el fin de la República Islámica fundada en 1979 por el ayatolá Ruholá Jomeiní.
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A su vez, los países occidentales han denunciado la represión policial que ha dejado casi 500 muertos y 20.000 detenidos, según datos de oenegés establecidas fuera de Irán, y han impuesto sanciones contra responsables políticos y policiales por ello.
Las ejecuciones de cuatro presos y las sentencias a la pena máxima de al menos 17 personas por su participación en las protestas han renovado las denuncias de las capitales occidentales con la convocatoria de los embajadores iraníes para pedir el fin de los ahorcamientos.
La Unión Europea se ha declarado consternada en numerosas ocasiones por las ejecuciones y reiteró tras las últimas dos ejecuciones del sábado que "anule sin demora" las condenas a muerte contra los manifestantes.
Pacto nuclear
Todo esto deja paralizadas las conversaciones para salvar el pacto nuclear de 2015, que limitaba el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones.
Irán se ha mostrado abierto a continuar con las negociaciones con Alemania, Francia, el Reino Unido, Rusia, China y, de forma indirecta, con Estados Unidos, pero Washington ha afirmado que en este momento el acuerdo atómico ya "no es parte de la agenda”.
Para dificultar aún más las cosas, Irán está proporcionando drones a Rusia, que los está usando en la guerra de Ucrania como kamikazes.
Presiones en vano
Las presiones de la Unión Europea, países comunitarios y organismos internacionales y la paralización de las negociaciones nucleares no parecen tener efecto.
Solo dos días después de las ejecuciones del sábado, tres manifestantes fueron condenados a la horca por “moharebe” o “enemistad contra dios” por el asesinato de milicianos islámicos en Isfahan y el futbolista Amir Nasr Azadani fue condenado este lunes a 26 años de cárcel en el mismo caso.
Y ayer mismo, la Fiscalía General de Irán pidió a la Policía que castiguen “con firmeza” las violaciones en el uso del velo islámico por parte de las mujeres y recordó que esta infracción se castiga con entre 10 días y dos meses de cárcel, pero también con “el exilio, la prohibición de trabajar o abandonar el país o la obligación de realizar servicios públicos”.