A esta exigencia se une la obligación de que los viajeros procedentes de China se sometan a otra prueba PCR adicional al aterrizar, medida de control que se instauró el pasado 30 de diciembre, después de que Pekín anunciara que ponía fin al estricto sistema de cuarentenas que ha mantenido desde 2020 y que abre la puerta a que los residentes en China vuelvan a viajar al exterior.
Todo aquel que dé positivo en el test al aterrizar deberá guardar una cuarentena obligatoria de siete días. ”Hemos decidido incrementar estas medidas temporales teniendo en consideración los resultados de las pruebas PCR de quienes entraron en Japón desde China continental durante las vacaciones de fin de año y año nuevo”, dijo esta semana el primer ministro nipón, Fumio Kishida.
Kishida añadió además que el Gobierno continuará solicitando a las aerolíneas que no aumenten el número de vuelos directos entre Japón y China. Muchos países y regiones han activado restricciones a los viajeros procedentes de China en los últimos días ante la explosión de casos que ha supuesto el fin de la llamada estrategia de “covid cero” en el gigante asiático.
La Cancillería china advirtió también esta semana de que adoptará “medidas correspondientes de acuerdo al principio de reciprocidad” con los países que activen restricciones a la entrada de sus ciudadanos, las cuales, según Pekín, “carecen de base científica”.
Lea más: Japón registra récord histórico de muertes por coronavirus en un día