"Antes que nada, reconozco que cometí un equívoco al defender la tesis de que habría fraudes, o incluso riesgos de fraudes, en las urnas electrónicas" usadas en las elecciones de octubre pasado, en las que Lula se impuso a Bolsonaro, dice la carta divulgada por José Acácio Serere desde la prisión.
Las dudas sobre ese sistema de votación, usado en Brasil desde 1996 sin que hasta hoy haya pruebas de que favorece los fraudes, fueron sembradas por el líder de la ultraderecha y sus seguidores, que después de los comicios fueron a las puertas de los cuarteles a exigir un golpe militar que impidiera que Lula asumiera el poder.
Serere se presenta como pastor evangélico y líder indígena y fue detenido el pasado 12 de diciembre por orden del juez Alexandre de Moraes tras amenazar en las redes sociales a Lula y a miembros del ahora gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
Su arresto fue seguido por violentas protestas de activistas de ultraderecha que tomaron las calles de Brasilia, donde atacaron una comisaría e incendiaron una decena de vehículos.
La justicia comprobó que los manifestantes eran parte de un grupo que participaba en un campamento frente al Cuartel General del Ejército en demanda de un golpe militar.
El movimiento golpista comenzó a menguar el 30 de diciembre, dos días antes de la investidura de Lula, cuando Bolsonaro viajó hacia Estados Unidos sin billete de vuelta. Los campamentos frente a los cuarteles han sido desmantelados gradualmente desde entonces.
En su carta, Serere pidió "perdón" al "hermano Lula", a la justicia, a los indígenas y a los cristianos, declaró que no cree en la violencia "como método de acción política" y sostuvo que había actuado "con base en informaciones equivocadas, suministradas por terceros".