A hombros de los doce llamados gentilhombres, el féretro con los restos mortales del papa emérito Benedicto XVI llegó al atrio de la plaza de San Pedro desde el interior de la basílica, donde había sido instalada la capilla ardiente, para el funeral.
Un fuerte aplauso acogió la aparición del ataúd en la puerta principal de la basílica de San Pedro, rodeada por una densa niebla, y comenzó el rezo del rosario que precede a la ceremonia está prevista a las 09:30 horas (05:30 hora paraguaya) y que presidirá el papa Francisco.
La procesión partió en medio de toque de las campanas a muerto. A su llegada al sagrario de la plaza, el ataúd fue situado delante del altar, en el suelo, sobre una alfombra.Sobre el féretro, el secretario personal de Benedicto XVI, monseñor Georg Ganswein, colocó un libro de los Evangelios abierto.
Ritos y ceremonias en el funeral
La ceremonia será solemne pero sobria, por expreso deseo de este papa, recordado estos días como el gran teólogo desde tiempos de San Agustín, y estará caracterizada por un enorme simbolismo, como todo lo que rodea a la milenaria sede petrina.
Pero en su transcurso, los ceremonieros vaticanos han tenido que acometer una serie de “adaptaciones” dada la particularidad que representa, pues Benedicto XVI no era un papa “reinante” tras renunciar en 2013, en un gesto sin precedentes en seis siglos de historia.
Por eso, se han modificado las lecturas y las súplicas finales del libreto y, tras su sepultura, no se declararán las “novendiales”, el periodo de nueve días de luto que sigue a cada muerte de un pontífice, porque el papa “vigente” sigue vivo.
También se introducirá un cilindro de metal con el llamado “Rogito”, un breve texto con los actos más destacados de su reinado.
Funeral durará tres horas
El funeral se prolongará durante unas tres horas y, tras los ritos, el triple féretro de Benedicto XVI será trasladado a la cripta de la basílica vaticana, donde reposan otros pontífices del pasado.
La tumba elegida, por voluntad del difunto, será la de su admirado Juan Pablo II (1978-2005), cuyos restos fueron expuestos en la superficie del templo en 2011, el año de su beatificación.
Vaticano blindado
El Vaticano ya tiene todo listo para estas exequias que han hecho que casi 200.000 personas hayan pasado por la basílica de San Pedro para despedir al papa emérito en su capilla ardiente.
En el entierro se espera que participen unas 60.000 personas, además de las autoridades, por lo que se blindará con agentes de seguridad toda la zona y sus inmediaciones, en las que hoy ya se percibía un intenso trasiego de fieles, turistas y curiosos.
Además, el Gobierno italiano ha declarado que las banderas de sus edificios públicos en todo el país, también las de la Unión Europea, deberán ondear a media asta durante todo el día en señal de luto.