El calendario gregoriano, el hito español que ahora abraza la fe ucraniana

Adrián AriasValladolid (España), 31 dic (EFE).- El cómputo del tiempo siempre ha traído de cabeza a papas, reyes y pensadores, hasta que en el siglo XVI, hace 440 años, estos últimos concibieron desde la Escuela de Salamanca (España) un sistema con el que hoy medimos el paso de los días: el calendario gregoriano, que recientemente ha acogido la Iglesia ortodoxa ucraniana en su idea de abandonar la esfera de influencia rusa.

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Los cristianos ortodoxos ucranianos, mayoritarios en el país, han sido los últimos en abandonar el antiguo calendario juliano -en honor a Julio César- y abrazar el gregoriano, en honor al papa Gregorio XIII, que impuso esta forma de contabilizar el tiempo, la que ahora usamos, en su bula Inter Gravissimas, expedida el 24 de febrero de 1582, explica a EFE la profesora de la Universidad de Salamanca y experta en la materia, Ana María Carabias.

La forma que tenemos hoy de contabilizar el tiempo no sería la misma sin la "aportación crucial" de la Escuela de Salamanca, que contribuyó a este debate temporal con la emisión de dos informes científicos elaborados en dos momentos del siglo XVI: uno redactado en 1515 -en el marco del V Concilio de Letrán- y otro en 1578, ambos bajo la solicitud simultánea de papas -León X y Gregorio XIII, respectivamente- y reyes -Fernando el Católico y Felipe II-.

De este modo, como explica la profesora en su libro "Salamanca y la medida del tiempo", la idea que buscaba la Iglesia de Roma era crear una manera de contar el tiempo que permitiera "enlazar el distinto ritmo del sol y la luna", para crear una ligazón entre los principales ciclos estacionales, como la llegada de la primavera o equinoccio, con la Pascua o Resurrección, o el antiguo culto del sol eterno -solsticio de invierno- adoptado por los romanos, con la Navidad.

QUITAR ONCE DÍAS DE UN MES CUALQUIERA

Es ahí donde los pensadores salmantinos idearon un procedimiento matemático que lo hizo posible, pues por ejemplo, como el año solar sobrepasaba un poco más de 10 minutos y 4 segundos al año eclesiástico y el calendario juliano adelantaba 1 día cada 134 años, propusieron, entre otras medidas, quitar de un mes cualquiera los once días de adelanto solar que casi se habían acumulado o suprimir un día de cada mes durante un año cualquiera.

Así, en la práctica, un español de la época se acostó un 4 de octubre de 1582 y se levantó un 15 del mismo mes, al aplicar Felipe II en estas fechas la bula.

La reforma gregoriana del calendario fue puesta en marcha inicialmente en países católicos y a España le siguieron Francia y Dinamarca, que lo adoptaron también en 1582, los Países Bajos y los cantones suizos en 1583, los estados católicos de Alemania en 1584, Polonia en 1587 y Hungría en 1590, o los estados protestantes, que no admitieron la reforma hasta 1700.

Los últimos en adoptar, oficialmente, el calendario gregoriano, explica Carabias, han sido: Japón, 1873; China, 1912; Rusia, 1918 (aunque no su Iglesia ortodoxa); Rumanía y Yugoslavia, 1919; Grecia, 1924; y Turquía, 1927.

UCRANIA DEJA DE CELEBRAR LA NAVIDAD EL DÍA DESPUÉS DE REYES

Esta asincronía de once días del calendario gregoriano y del juliano provocó, ya desde su origen, que las principales fiestas del Cristianismo no coincidieran entre los que adoptaron el nuevo sistema, como los católicos en sus inicios y los protestantes después, o los ortodoxos, que aún siguen rigiendo sus fiestas por el antiguo calendario romano.

Es por este motivo que, mientras que los católicos celebran cada 25 de diciembre el nacimiento de Jesús, los ortodoxos no lo hacen hasta once días después, el 7 de enero, algo que los cristianos ortodoxos de Ucrania han acordado dejar de hacer al abandonar el calendario juliano que sigue el patriarca ruso por el gregoriano que los católicos ucranianos ya seguían, todo ello, con el fin de alejarse de la esfera de influencia de Rusia.

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