“Deberíamos parecernos más a los gorilas”, afirma en una entrevista con EFE con motivo de la presentación en Barcelona (España) del documental “Joy”, dirigido y coproducido por Aner Etxerbarria y Katz Studio, que han motivado el primer viaje fuera de su país de la guardabosques.
Tugume trabaja rodeada de guardas forestales hombres y explica que, aunque la tendencia es a que sus compañeros la traten con "paternalismo" y "condescendencia", ella puede hacer "exactamente el mismo trabajo".
De hecho, su "conexión es la más grande con la familia de gorilas que vive en la montaña donde es guarda forestal.
Eso sí, el primer encuentro con Rokundo, el ejemplar más voluminoso, con una altura de más de 2 metros y un peso de unos 200 kilos, la dejó impactada.
"Se me cortó la respiración", reconoce Tugume, quien reconoce sin embargo que, ahora, este gorila de espalda plateada es su "preferido".
"Su mirada es la de un hombre anciano", explica la ugandesa, que defiende en el documental y en las entrevistas que no ve diferencias entre gorilas y humanos.
Y sigue: "Yo siento, la verdad, que trabajo con otras personas. Tienen entendimiento. Yo me hago entender y conectamos. Ellos ya me reconocen y si estaban riñendo y me ven llegar dejan de pelear porque se sienten protegidos".
Más allá, destaca los valores de los primates, su capacidad para cuidarse unos a otros y para convivir todos juntos.
"Siento mucha conexión con ellos", señala la guardabosques, de 31 años, que habla a sus hijos de 2 y 4 de los primates como parte de su "familia".
"Me gustaría que de mayores también fueran guardas forestales. Sería mi herencia, mi legado para ellos", explica sobre su deseo de transmitirles el valor de la conservación de la naturaleza y la convivencia de especies.
Desde que es madre, además, le impresiona ver las "similitudes" en la crianza entre humanos y gorilas y la protección que se dan entre las distintas generaciones, una generación que en los humanos no ve tan clara.
"Los gorilas son como una versión anterior de los humanos y, sin embargo, una mejor versión", sentencia la "ranger", que recuerda que con los primates compartimos el 97,8 % de los genes.
Joy Tugume subraya la importancia y el "compromiso" con los gorilas de Mgahinga, que recuerda que son 9 de los últimos 1.000 que quedan en todo el mundo y que todavía viven en libertad.
Amenazando a su supervivencia están, advierte, los cazadores furtivos, pero también los propios locales que en busca de alimento animal ponen trampas para antílopes en la montaña.
"Las trampas no entienden de presas y también hemos tenido que lamentar alguna muerte de gorilas. Trabajamos con la población local para evitar que los gorilas acaben siendo cazados involuntariamente", explica.
Aunque se muestra "fascinada" por lo que ve en España, donde ha viajado a ciudades como Barcelona y Bilbao, señala que tiene ganas de volver a casa.
En la mochila lleva folletos de su parque natural en Uganda que reparte a los que va encontrando en su periplo de presentación del documental.
Lejos de querer ahuyentar turistas, tiene claro que los visitantes pueden repercutir de forma positiva en el desarrollo de espacios de conservación de la naturaleza, aunque, eso sí, a su “familia” gorila, defiende, la quiere mantener lejos de las cámaras de fotos y safaris de extranjeros.