Bajo ese nombre se conoce a las cerca de tres toneladas de documentos secretos de los órganos policiales relacionados con sucesos previos y posteriores a la llegada al poder de Stroessner y que fueron hallados el 22 de diciembre de 1992 en una dependencia policial en Lambaré, una localidad vecina a la capital paraguaya.
Tres décadas después, el abogado y activista de los derechos humanos Martín Almada, considerado descubridor de esos archivos, dijo a EFE que en Paraguay existe "una democracia de fachada".
Para Almada, quien a sus 85 años asistió a un acto organizado a raíz de esta fecha en el Palacio de Justicia de Asunción, el hallazgo del archivo resultó "ser un punto de partida para el reclamo de la justicia" en el país.
Su segunda esposa y directora del Museo de las Memorias, María Stella Cáceres, lamentó, por su parte, que el Estado paraguayo "sigue ausente en el reconocimiento de todo lo que ha pasado".
"Nosotros, Martín Almada y yo, seguimos en la campaña porque no hemos encontrado justicia en Paraguay", sentenció y citó informes de la Fiscalía y de la Coordinadora de Derechos Humanos de Paraguay (Codehupy) que dan cuenta de la "escandalosa la lista de juicios que están en archivo".
En ese contexto, el secretario ejecutivo de Codehupy, Dante Leguizamón, advirtió que Paraguay "ha avanzado muy poco en la sanción a personas vinculadas a la dictadura".
"El golpe de Estado solamente sacó a una persona y no al grupo de poder o a los grupos de poder", afirmó, en alusión al derrocamiento de Stroessner, y subrayó el hecho de que el Partido Colorado, que sustentó durante cerca de 35 años ese régimen, "continúa en el poder".
El Museo de la Justicia, en la sede del Poder Judicial en Asunción, fue el escenario del acto por el trigésimo aniversario del hallazgo del Archivo del Terror, que probó además la existencia del Plan Cóndor, un operativo coordinado por Estados Unidos para perseguir a los opositores de las dictaduras del Cono Sur de América, entre 1970 y 1980.