El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, en nombre de la UE, saludó el papel de mediación del Panel de alto nivel de la Unión Africana, "que condujo a estos acuerdos, que representan un paso importante hacia la paz y la reconciliación en Etiopía".
Borrell dijo en un comunicado que la aplicación del acuerdo de paz "requiere un liderazgo fuerte y un mecanismo de vigilancia "sólido y sostenible para garantizar, entre otras cosas, que todas las partes respeten el cese de las hostilidades, allanando el camino para la recuperación, la reconstrucción y la reconciliación".
También hace falta, dijo el jefe de la diplomacia europea, una respuesta adecuada y bien coordinada para las grandes necesidades humanitarias en el norte de Etiopía, así como en otras partes del país.
"Se deben atender las necesidades urgentes de las poblaciones afectadas por el conflicto. Con este fin, es fundamental el acceso humanitario sin trabas a todos los necesitados y la restauración total de los servicios básicos en todas las áreas", añadió.
Los avances concretos en la implementación del alto el fuego, el acceso humanitario sin trabas y la rendición de cuentas por el derecho internacional humanitario y las violaciones y abusos de los derechos humanos "permitirán el restablecimiento gradual de todo el espectro de la cooperación al desarrollo y el apoyo económico de la UE", indicó Borrell.
"La UE pide encarecidamente a los vecinos regionales de Etiopía que contribuyan constructivamente" a la aplicación del acuerdo, dijo Borrell.
También reiteró el llamamiento europeo "a la retirada inmediata y completa de las tropas eritreas de Etiopía".
Las conversaciones de paz en Etiopía -que reunieron tanto a los representantes de ambos bandos de esta guerra como a los diplomáticos de la Unión Africana (UA), la Unión Europea y Estados Unidos- se tradujeron el pasado noviembre en un entorno más seguro en Tigré para las organizaciones humanitarias.
Por primera vez desde el estallido de la guerra, hace dos años, los trabajadores de las ONG accedieron sin obstáculos a algunas zonas de Tigré que permanecían cerradas.