Lula encabezó un acto simbólico con el equipo que, durante las últimas semanas, recabó informaciones del Gobierno de Bolsonaro para preparar la gestión que el líder progresista iniciará tras su investidura, el próximo 1 de enero. ”Tenemos una radiografía perfecta del estrago que fue hecho en este país, y la palabra perfecta es estrago”, declaró Lula, quien precisó que el nuevo Gobierno enfrentará una gravísima situación social, dada sobre todo por el hambre que padecen unos 33 millones de brasileños.
Atribuyó esa realidad a “ese ciudadano”, en alusión a Jair Bolsonaro, de quien aseguró que “es una figura irracional, sin corazón, sin sentimientos, mentiroso, que no es capaz de expresar un gesto de solidaridad ni lloró una lágrima por quienes murieron de covid”.
Subrayó que Bolsonaro “sigue incentivando a los fascistas que están en la calle”, que este lunes promovieron unas violentas protestas en Brasilia y que desde las elecciones del pasado 30 de octubre acampan a las puertas de cuarteles exigiendo un golpe militar que impida su investidura.
Recordó que en su vida ha sido candidato a la Presidencia seis veces y que tres de ellas fue derrotado.
“Siempre que perdí respeté a quien había ganado y lo llamé para felicitarlo”, pero “este ciudadano todavía no reconoce su derrota”, dijo sobre Bolsonaro. No obstante, aseguró que ahora “lo que toca es gobernar”, que “es cuidar de la población y, sobre todo, de los más pobres”, garantizó.
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