Blinken recibió en Washington a sus homólogos de Suecia, Tobias Billström, y de Finlandia, Pekka Haavisto, para abordar la adhesión de estos países a la Alianza Atlántica, un proceso que aún debe ser aprobado por Turquía y Hungría.
En una rueda de prensa conjunta, el líder de la diplomacia estadounidense subrayó que "hay un apoyo abrumador en Estados Unidos", tanto del Gobierno como del Congreso, a que los países nórdicos ingresen en la Alianza "en cuanto el procedimiento lo permita".
"Como aliados de la OTAN, hemos señalado este punto a los turcos y hemos manifestado públicamente que Suecia y Finlandia están listos para convertirse en miembros", dijo Blinken.
Sin embargo, el secretario de Estado admitió que este "no es un asunto bilateral" entre Washington y Ankara, sino un tema que deben resolver los países implicados.
Consideró que las preocupaciones expresadas por Turquía sobre terrorismo son "legítimas", al tiempo que dijo que Estados Unidos "aprecia mucho los pasos" que han dado Suecia y Finlandia para estrechar la cooperación en materia de seguridad con los turcos.
El Gobierno turco, que en un inicio se opuso al ingreso de Suecia y Finlandia, a los que acusó de dar cobijo a militantes kurdos considerados terroristas por Ankara, cree que Estocolmo y Helsinki todavía deben dar más pasos para lograr su visto bueno final.
En la rueda de prensa, el ministro finlandés dijo que han tenido buenas reuniones de trabajo con Turquía desde la Cumbre de la OTAN de Madrid de junio, cuando se acordó la ampliación de la Alianza.
Sin embargo, Haavisto explicó que todavía falta que el Parlamento turco ponga una "fecha" para la votación de la adhesión, y deseó que sea "más pronto que tarde", ya que Turquía celebrará elecciones generales en verano del próximo año.
Sobre Hungría, sostuvo que se espera la ratificación a principios del próximo febrero.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Suecia prometió a Turquía que su país "cumplirá" con las condiciones acordadas en la Cumbre de Madrid, pero pidió a Ankara que "entienda" que este proceso debe llevarse a cabo "dentro del marco de la Constitución" sueca.