Los cuatro ahorcados, Hosein Ordukhanzadeh, Shahin Imani Mahmudabad, Milad Ashrafi y Manuchehr Shahbandi Bejandi, formaban parte de “una red que bajo la dirección de los oficiales de inteligencia del régimen sionista (Israel), realizaban secuestros armados” y recibían el pago por sus trabajos en “monedas digitales”, informó la agencia de noticias del Poder Judicial iraní, Mizan.
Esta red llevó a cabo secuestros y obtuvo "confesiones falsas", además de la destrucción de bienes públicos y privados y sus miembros fueron arrestados con la cooperación del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria y el Ministerio de Inteligencia de Irán, explicó el citado medio.
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El caso fue investigado por el Tribunal Supremo del país, según la fuente, y finalmente se emitió el veredicto final para “siete” de los acusados de esa banda, de la que otros tres fueron condenados a entre 5 y 10 años de prisión por atentar contra la seguridad del país, complicidad en los secuestros y llevar armas.
Irán e Israel mantienen una guerra encubierta que incluye ciberataques, supuestos asesinatos a científicos nucleares iraníes y sabotajes a barcos, aunque ninguno de los dos países suele reconocer públicamente sus acciones.
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El Estado judío considera a la República islámica como su principal enemigo, y ataca también desde hace años posiciones militares iraníes o de milicias aliadas en Siria para repeler su presencia en la región.
Según las estadísticas que maneja la organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional, Irán es, con más de 300 ahorcamientos al año, uno de los cinco países del mundo que más penas capitales ejecuta, junto a China y Arabia Saudí.