"Debatimos el tema de detener los ataques aéreos turcos contra las posiciones del partido kurdo y durante las negociaciones le pedimos a Turquía que se abstenga de intensificar el ataque, ya que esto conduciría a un aumento en la escalada del conflicto no solo en Siria, sino también en la región de Oriente Medio", señaló el enviado especial de Rusia para Siria, Alexandr Lavréntiev.
En una rueda de prensa tras la XIX reunión de los garantes del alto el fuego en Siria (Rusia, Irán y Turquía), el representante ruso recalcó que "durante las consultas hemos instado a todas las partes a abstenerse del uso excesivo de la fuerza".
Lavréntiev afirmó que Rusia mantiene un contacto estrecho con Turquía para evitar una mayor escalada en Siria.
Ello después de que Ankara lanzara el fin de semana una serie de bombardeos en territorios fronterizos de Siria e Irak contra las milicias kurdas y amenazara con una operación terrestre contra los miembros de la milicia kurdosiria Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) "en cuanto sea posible.
La operación, bautizada "Garra Espada", se ha presentado como represalia por el atentado de Estambul del pasado 13 de noviembre, que Ankara atribuye a una agente de las YPG, aunque esta milicia ha rechazado toda implicación.
El enviado especial de Rusia señaló que la solución del problema kurdo es un factor importante "que podría ayudar a estabilizar la situación en toda la región".
"Aunque Turquía cree que todos los kurdos son del PKK, nosotros no lo creemos", indicó Lavréntiev.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, justificó los ataques contras las milicias kurdas en Siria e Irak con el argumento de que Rusia no cumplía el acuerdo de la ciudad balneario de Sochi al que llegó con el presidente Vladímir Putin en 2019.
Ese acuerdo de diez puntos establece, entre otros aspectos, que la parte rusa debía "limpiar la zona de terroristas" en la frontera sirio-turca en una franja de varios kilómetros.
En una declaración conjunta aprobada en Astaná, los tres garantes del alto el fuego en Siria se comprometieron con la aplicación plena de los acuerdos alcanzados para estabilizar la situación en el norte de Siria, que incluían la retirada de los destacamentos de las Unidades de Liberación Kurdas de esta zona.
El enviado especial de Irán, Ali Asghar Khaji, señaló a su vez que cualquier conflicto militar solo complica la situación en el país.
"Creemos que los tres garantes deben cumplir con sus obligaciones previamente firmadas. Turquía cumplió con sus obligaciones y con la ayuda de Rusia estas obligaciones se cumplirán", indicó.
Explicó que, además, en Astaná, los tres países llegaron a la conclusión de que es necesario reiniciar el trabajo del Comité Constitucional lo antes posible.
Lavréntiev dijo al respecto que se propuso en la capital kazaja al enviado especial de la ONU, Geir Pedersen, que se celebre la novena sesión del Comité en los primeros diez días de enero.
El trabajo de este comité -formado por el Gobierno, la oposición y la sociedad civil- y que debe redactar una nueva Carta Magna para Siria está estancado después de que Rusia rechazara a Suiza como sede de estas conversaciones tras sumarse el país a las sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania.